Una montaña rusa llamada Bolsa

  • La incertidumbre económica invade al ciudadano de a pie.
  • Las caídas de la Bolsa repercuten en los beneficios empresariales, lo que puede conllevar un recorte de gastos y, por tanto, ajustes de plantilla.

El miedo es libre y la incertidumbre económica invade al ciudadano de a pie. Incluso un pequeño inversor que no controle mucho los mercados puede estar asustado. Pero así es la Bolsa, un conjunto de cifras, empresas, valores, carteras... que cuando cae estrepitosamente mete el miedo en el cuerpo.

Después de una quincena instalada en la volatilidad, habría qua analizar seriamente los números y darse cuenta que desde el fatídico 21-E o 'lunes negro' para algunos analistas, y tomando como referencia el Ibex 35, el índice sólo ha fluctuado alrededor de 200 puntos.

En su camino de hoja de sierra, con continúas subidas y bajadas, el 21 de enero la Bolsa de Madrid cerró en los 12.625 puntos, el peor dato en un sola sesión desde 1987. Pero es que dos semanas después (5-F), y de nuevo con una bajada de más del 5%, el índice madrileño se quedó en los 12.814,70 puntos.

¿Qué nos puede indicar esto? Sencillamente, que después de una gran caída como la del ‘lunes negro' es complicado que le siga otra, ya que hay sesiones de rebote y que parece que el ecuador de los 13.000 puntos en el Ibex, tal como están los mercados ahora, es la cota de emergencia que han elegido los inversores para capear el temporal.

Los primeros afectados

Sea cual sea el ajuste económico que se está produciendo a nivel mundial, en España los primeros afectados serán los beneficios de las empresas, que puede traer un recorte en los gastos de las compañías, para desembocar en una reducción de las plantillas. Y es que los vaticinios son poco halagüeños, ya que los analistas prevén cerca de 400.000 despidos en el sector de la construcción en menos de dos años.

Nuestro país ya vivió un ciclo de recesión a partir de 1993 después de la Expo de Sevilla y de los Juegos Olímpicos de Barcelona, un bache que supuso la destrucción de más de un millón de empleos y el aumento de la tasa de paro de un 20%.

Lo que está claro es que las economías actuales han madurado, y aunque cada vez que hay un terremoto en las Bolsas se recuerda el Crack del 29, los mercados quizás están más preparados para soportar una crisis. Aunque eso sólo se sabrá si realmente ocurre.

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