Gracias a la descripción del testigo, que además informó de la dirección hacia la que se dirigieron ambas personas, una patrulla las localizó en las inmediaciones de la zona.
Aunque en un primer momento uno de ellos negó los hechos, tras descubrir los agentes los 350 euros que tenía escondidos, acabó reconociendo que, en compañía de su amigo, habían entretenido al dueño de la cartera y se la habían arrebatado de un tirón, como también lo corroboró otro testigo.
Los jóvenes fueron detenidos y tras la confección de las oportunas diligencias ante el Juzgado de Guardia, fueron puestos en libertad.
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