Ventajas y desventajas de un año sabático en el extranjero tras la selectividad

Hecha ya la maleta, a viajar.
Hecha ya la maleta, a viajar.
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Hecha ya la maleta, a viajar.

Una vez terminada la selectividad, miles de estudiantes se enfrentan a un periodo de dudas, miedos e incertidumbre. Por norma general, salvo algunas excepciones, los futuros universitarios no tienen garantizado su futuro más inmediato: ¿Me llegará la nota para acceder a la carrera que quiero?, ¿merece la pena cursar unos estudios que no son mi vocación?, ¿me vuelvo a presentar a la selectividad en septiembre?

No son pocos los estudiantes que, tras no haber alcanzado la nota necesaria para cursar el grado que deseaban, deciden tomarse un año sabático. Alejados de su país, deciden salir al extranjero y aprovechar para, por ejemplo, vivir su primera experiencia fuera de su hogar. Pero, ¿hasta qué punto es bueno vivir una aventura de este tipo? Estas son algunas de las ventajas y desventajas de tomarse un año sabático en el extranjero tras la selectividad.

Ventajas

Te ayuda a madurar y crecer personalmente. Abandonas la comodidad de vivir con tus padres para comenzar a ganarte la vida por ti mismo.

Aprendes un nuevo idioma. Salir fuera de España te servirá también para aprender o perfeccionar otras lenguas, como inglés, francés, alemán o italiano.

Conoces nuevas culturas. Depende el país al que decidas viajar, tu vida en el extranjero te permitirá también vivir nuevas experiencias y rodearte de gente completamente distinta a ti, lo que te enriquecerá como persona.

Dispones de tiempo para pensar. Alejado de la rutina y con un prisma completamente distinto, tu estancia en el extranjero te servirá para meditar acerca de tu futuro y qué pasos quieres dar próximamente.

Hacer ‘networking’. Puedes aprovechar para moverte, conocer gente y crearte una agenda de contactos que, tal vez, puedan abrirte una puerta al mercado laboral en el futuro.

Desventajas

Riesgo de no retomar los estudios. A la hora de estudiar hace falta ser constante y disciplinado. Puede que te resulte muy complicado retomar tus hábitos de estudio una vez finalizado el año sabático.

Puedes adquirir malos hábitos. Despertarte tarde, quedarte viendo la televisión, salir de fiesta más de lo normal… Ten cuidado con las rutinas que adquieres ya que pueden no ser las más adecuadas.

Retrasarás tu desarrollo profesional. Cuando tus compañeros y amigos afronten sus primeros retos laborales, puede que tú todavía te encuentres estudiando la carrera.

Gastos desorbitados. Tomarse un año sabático implica una cantidad muy elevada de gastos y, generalmente, pocos ingresos. A la hora de tomar esta decisión piensa también en tu bolsillo.

Quedarte desfasado. El mundo no se detendrá mientras tú permaneces alejado. Por eso, tu sector profesional irá evolucionando y puede que tú te pierdas las novedades que vayan surgiendo en él.

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