El PP abrirá el lunes que viene el proceso que deberá desembocar en julio en la elección del sucesor de Mariano Rajoy en su presidencia con unos estatutos en la mano que contemplan un sistema de primarias en dos vueltas pero con la intención de que, al final, al congresoo extraordinario llegue un único candidato a candidata.

Con excepciones como en el PP de Madrid -en cuyos estatutos figura la elección de sus dirigentes por primarias reales- o el PP de Baleares -que hace años innovó en este campo para eliminar la sombra de la corrupción-, el PP contempla un particular sistema de primarias, atenuado en dos vueltas, con más peso de la votación de los compromisarios que de la militancia y que por lo general ha evitado utilizar llegando a sus congresos, municipales y regionales, con un único candidato.

Ahora parece ser también el caso en el congreso nacional extraordinario previsto para julio que elegirá al sucesor de Mariano Rajoy, que este martes anunció a sus barones territoriales y otros dirigentes reunidos en el Comité Ejecutivo Nacional que deja la presidencia del partido después de su salida del Gobierno.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y a hasta ahora vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, suenan como los dos candidatos en una contienda que de momento podría ir ganando el político gallego, que habría acercado posturas con la secretaria general, María Dolores de Cospedal, para sumar fuerzas.

Pero según la opinión más generalizada que se respiraba este martes en la sede del PP es que antes de julio debería haber un acuerdo para que en congreso sólo haya un posible nombre para suceder a Rajoy. Así lo indicaban barones sin problema alguno para admitir que no desean más de un candidato o candidata en el cónclave de este verano.

Esto no quiere decir que no vaya a haber contienda, porque, de hecho, el gran temor de algunos dirigentes es que sea "cruenta" y empiecen "los navajazos". Por el contrario, en el Comité Ejecutivo se han escuchados voces que pedían una "unidad" que hoy no está garantizada pero que, de acuerdo a cómo funciona el PP, se espera que sí exista de cara al congreso extraordinario.

En diciembre de 2016, en medio de un ambiente en el que el resto de partidos celebraba primarias para elegir a sus candidatos, el PP se sumó a regañadientes a esta tendencia, con un innovador sistema de doble vuelta, que en definitiva, dejaba la elección en manos de sus compromisarios, como ha ocurrido siempre en el partido, pero de cara a la galería se sumaba a la ola de primarias introduciendo una votación de la militancia en una primera etapa.

Según las primarias del PP, los militantes eligen en una primera votación a su candidato que, si consigue más del 10% de los votos totales, pasa a la segunda ronda en la que ya eligen los compromisarios, como ha sido siempre en este partido. Este paso sólo se saltaría si en la primera votación un candidato logra más de la mitad de los votos o una mayoría en 30 de las 60 circunscripciones en la que se divide el partido y lo hace con una distancia de al menos 15 puntos con respecto al segundo clasificado.