Seguro que alguna vez te ha pasado que vas a hacer la compra al supermercado y acabas comprando más cosas de las previstas. La acción de echar artículos en el carrito que no están apuntados en la lista de la compra es muy habitual.

Los supermercados tienen estudiado hasta el último detalle para llamar tu atención: la disposición de los artículos, la música, el olor, los productos en las cajas, las ofertas… todo influye para llenar el carrito de la compra.

El marketing y la publicidad son dos de los pilares fundamentales que usan los supermercados para llamar la atención del comprador e incrementar las ventas. Te contamos algunos de los trucos que usan para lograr que compres más y más caro:

Productos como la leche, los huevos o la carne son artículos imprescindibles que todos tenemos en la nevera. Para lograr que recorras toda la tienda los colocan al fondo, de esta manera por el camino es más probable que acabes comprando otros productos que no tenías pensado adquirir.

Los artículos que están colocados a la altura de los ojos son los que más llaman tu atención. Los supermercados ponen a golpe de vista los productos que más les interesa que compres.

Aparecieron en los años 30 y desde entonces cada vez son más grandes. Porque, ¿quién se va del super con el carro vacío? Por norma general tendemos a llenarlo y si el carro es grande, mayor será el gasto que hagamos.

En casi todos los supermercados hay ofertas tipo 2x1 o 3x2. Muchas veces no necesitamos estos productos, pero al ver la promoción los echamos al carrito.

Todos los establecimientos comerciales tienen precios no redondeados, son los llamados precios psicológicos. Van acompañados de céntimos y hacen que pensemos que estamos comprando más barato.

Con música se compra mejor. Es un gran aliado ya no solo para los supermercados sino también para cualquier establecimiento comercial. Es uno de los factores que hace que la gente se quede más tiempo en la tienda.

Es muy habitual en los supermercados el olor a pan recién hecho. Este tipo de olores hacen que tengamos más apetito y por consiguiente que compremos más.

Vas a pagar y te encuentras con una serie de productos en las cajas: chicles, pilas, gominolas… todo sirve como último reclamo para que te lo acabes llevando.

Si no quieres caer en estos trucos lo mejor es que lleves la lista hecha desde casa y que te ciñas a ella. Además, también te recomendamos que lleves tus propias bolsas. Hoy en día las cobran en todos los supermercados y se han convertido en un soporte publicitario gratuito. Y lo más importante, no vayas a comprar con hambre porque entonces no habrá nada que se te resista.