El 49% de los alimentos frescos desperdiciados en los supermercados se tiran, según estudio

  • El desperdicio medio en el súper es más elevado en el caso del pescado, de acuerdo con los datos del informe.
Manzanas, peras, ciruelas, melocotones, fruta, supermercado, consumo, IPC
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EUROPA PRESS - Archivo
Manzanas, peras, ciruelas, melocotones, fruta, supermercado, consumo, IPC

En España se desperdician cerca de 484 millones de euros al año en alimentos frescos -frutas y verduras, carne y pescado fresco-, lo que equivale al 3% de todas las ventas de esta clase de productos en las cadenas de distribución, según un informe de la consultora Nielsen, publicado este martes.

Los supermercados españoles desperdician en torno a 128 millones de kilos de alimentos frescos al año, de los cuales casi la mitad va a parar a la basura, según los datos del estudio.

De estos "residuos" -en los que se incluyen alimentos con daños estéticos pero aptos para el consumo o aquellos cuya fecha de caducidad es próxima-, el 49 % terminó en la basura, el 27 % se "recicló" y un 24 % fue donado a instituciones sociales.

La responsable del estudio, la consultora de Nielsen Carmen Hernández, ha recordado que reducir el desperdicio en el ámbito del fresco es especialmente difícil, ya que se trata de productos que caducan en poco tiempo y cuya conservación exige un control riguroso para evitar riesgos sanitarios.

Sin embargo, es un sector donde sí existe margen para mejorar debido a su carácter "centralizado", al contrario que en otros donde puede ser más complejo, como el hogar o los bares tradicionales.

El desperdicio medio en el súper es más elevado en el caso del pescado (representa el 5,5 % de las ventas totales) que el de la carne (2,7 %) y las frutas y verduras (3,2 %), de acuerdo con el documento. En este último caso, la mayor parte del residuo se genera por la manipulación del género por parte del cliente.

¿Cuál sería la solución?

Hernández ha apuntado que una alternativa útil al desperdicio a la que se recurre cada vez más es la "microdonación" a entidades locales, muy cercanas al punto de venta y a las que se entregan pequeñas cantidades de producto fresco para que se redistribuya con celeridad, en contraste con la donación a los bancos de alimentos, centradas en la alimentación envasada.

Otras opciones que ya se ponen en práctica son derivar una parte de estos "residuos" a la producción de comida para animales, la fabricación de otros alimentos -como en el caso de la fruta y la mermelada-, la producción de biogás o compost, o su destino a la industria farmacéutica y cosmética.

El desperdicio aumenta en primavera-verano

El estudio, elaborado en base a las respuestas de más de 2.000 profesionales del sector, refleja que en primavera-verano el desperdicio aumenta por las mayores temperaturas, y resalta que ofrecer género en su justo punto de maduración supone una "problemática añadida".

Desde Nielsen se ha resaltado que el sector de la distribución "demuestra avances en la reducción del desperdicio alimentario que genera, aunque todavía queda mucho camino por recorrer".

De hecho, el 38 % de los participantes en el informe reconoció que la cadena para la que trabaja todavía no cuenta con un sistema de gestión específico para estos residuos.

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