Miguel Ángel se une al concurrido club de los genios zurdos

De izquierda a derecha, Michelangelo Buonarroti, Albert Einstein, Wolfgang Amadeus Mozart y Charles Chaplin.
De izquierda a derecha, Michelangelo Buonarroti, Albert Einstein, Wolfgang Amadeus Mozart y Charles Chaplin.
WIKIMEDIA COMMONS
De izquierda a derecha, Michelangelo Buonarroti, Albert Einstein, Wolfgang Amadeus Mozart y Charles Chaplin.

Un trabajo científico recién publicado por el cirujano italiano Davide Lazzeri, experto en el estudio las peculiaridades físicas de los genios del arte, asegura haber zanjado el eterno debate sobre si el gran pintor y escultor renacentista Miguel Ángel era zurdo o diestro.

Basándose en pruebas apoyadas tanto en lo que conocemos acerca de la vida del artista (a través de biografías y testimonios de la época), como en la propia obra, Lazzeri concluye que Miguel Ángel era un zurdo natural que habría aprendido a pintar con la mano derecha a causa de los prejuicios existentes en contra de los zurdos, un aspecto físico que estaba "asociado con aspectos negativos de la personalidad". Buonarroti, no obstante, habría empleado principalmente la mano derecha para tareas que requerían de una mayor fuerza, como la escultura.

El gran maestro italiano se uniría así oficialmente al numeroso grupo de genios y personalidades de la historia de la humanidad de los que sabemos que fueron, o son, zurdos. Entre ellos, Albert Einstein, Napoleón, Julio César, Aristóteles, Rafael, Leonardo Da Vinci, Mark Twain, Gandhi, Alejandro Magno, Winston Churchill, Carlomagno, Simón Bolívar, Bach, Mozart, Beethoven, Bob Dylan, Paul McCartney, Jimi Hendrix, Henry Ford, Bill Gates, Charles Chaplin, Robert de Niro, Greta Garbo, Maradona, Messi y hasta Bart Simpson y su creador, Matt Groening.

El estudio puede avivar el mito de que las personas que se manejan menor con la mano izquierda serían más propensas a presentar una inteligencia superior, pese a que las investigaciones realizadas no arrojan resultados concluyentes en ese sentido, ni en inteligencia, ni en capacidad de aprendizaje, ni en memoria.

Según explicaba recientemente el vocal de comunicación de la Sociedad Española de Neurología, Pablo Irimia, a la agencia Efe, ser zurdo "no implica una mayor capacidad o inteligencia". Irimia añadía que esa creencia deriva del recuerdo que algunas personas tienen de alguien zurdo y "especialmente brillante". "Se ha intentado ver si hay diferencias y realmente no se han visto", afirmaba el especialista.

Creatividad

Sin embargo, el neurólogo precisa que cuando se estudia el cerebro con técnicas de imagen mientras el usuario está realizando una tarea determinada sí se puede establecer cuál es el hemisferio dominante. Así, mientras que en los diestros el hemisferio izquierdo se encuentra más desarrollado, y es el que controla tanto la movilidad del hemisferio derecho como la capacidad de entender y expresarse, en el caso de los zurdos el hemisferio dominante puede ser tanto el izquierdo como el derecho.

Por otro lado, a los zurdos se les ha asociado con mayores niveles de creatividad, ya que la zona del cerebro que controla el aprendizaje de la música, el arte o el lenguaje se encuentra en el hemisferio derecho, que es el lado dominante en estas personas. En este sentido, el subdirector del Departamento de Pedagogía de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Javier Rodríguez Torres aseveraba, también a Efe, que los zurdos "tienen una forma diferente de percibir el mundo y situarse en él" y destaca algunos "ilustres reconocidos" en la historia como los mencionados Mozart o Leonardo Da Vinci.

Paradójicamente, en la mayor parte de los individuos zurdos se ha observado que tienen el mismo hemisferio dominante que las personas diestras, según detallaba Irimia. "El desarrollo del cerebro es muy complejo y se establecen algunas hipótesis de casos individuales, pero eso no se confirma en la mayor parte de los casos", agregaba.

Con respecto a si hay más genios zurdos que diestros, o viceversa, y teniendo en cuenta que los zurdos representan entre el 10% y el 15% de la población total, en primer lugar sería necesario establecer un consenso sobre lo que entendemos por "genio" y, después, realizar un cómputo histórico en base, al menos, a los personajes conocidos, y considerando factores genéticos, ambientales y del entorno histórico y social. No parece una tarea fácil.

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