"Obras y gente esperando, cabreada". Este es el análisis es de Tere, una trabajadora que todos los días se cruza la capital para llegar desde Aranjuez donde vive a Moncloa donde trabaja, y hoy viajó en uno de los autobuses E3 alternativos a la línea 3 de Metro (cerrada por segundo verano consecutivo, y faltan dos) junto a los portavoces socialistas en el Ayuntamiento de Madrid, Trinidad Jiménez, y en la Asamblea Regional, Rafael Simancas

El año pasado la concejala socialista ya reclamó que el autobús, que ahora para en Argüelles, tuviera como final de recorrido el intercambiador de Moncloa, y entre medias, hacerle pasar por Sol y Callao, y no como ahora, que dejan "lo más próximo en Bailén, unos quince minutos andando cuesta arriba", igual que para llegar a Lavapiés, "donde ya entendemos que un autobús convencional no puede pasar, pero sí un microbús".

Ilde, sentada al lado de Tere, explicaba a los periodistas que comprende y aprueba la ampliación del Metro -las obras de la línea 3 están duplicando andenes y reformando catenarias- que, dijo, "seguro que va a quedar fantástico, pero quién lo soporta ahora", se preguntó tras lamentar los 60 minutos que tarda ahora en recorrer una distancia que en Metro era de sólo 15. "Llego a trabajar cansada y cabreada, y luego me dicen que no rindo".

Madrid, una carrera de obstáculos "permanente"

"Tenemos una zanja abierta en Madrid prácticamente cada cincuenta metros: los ciudadanos viven en una gymkana permanente" afirmó Simancas, quien desveló que existe un estudio un estudio del profesor Muñoz Escalona, realizado para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), según el cual Madrid absorbe el 60% de los costes que los colapsos del tráfico generan en el conjunto de España.

Es decir, explicó, 6 de cada diez euros de un total de los 1.500 millones que se despilfarran en España en dinero, eficiencia energética, tiempo y contaminación, se pagan en Madrid.

"Estas dificultades se producen porque las obras no están coordinadas", afirmó Simancas, y apostó por el orden y la planificación, aparte de "mucho sentido común", para combatir el "caos", dijo, que es Madrid, donde 350.000 personas se ven perjudicadas cada día "por unas obras mal calculadas, mal planificadas y peor informadas".

Jiménez aportó el dato de que en 2002 "el equipo técnico de Metro dijo que estas obras podían realizarse con un menor coste económico y para las personas, pero Alberto Ruiz-Gallardón hizo caso omiso".

Jiménez adelantó también que el Ayuntamiento no ha informado de que en septiembre "no se va a abrir la línea entre Legazpi a Delicias", sino que permanecerá cerrado porque tienen que realizar obras que lo impedirán, en concreto, la bajada de la cota para permitir el enlace con Villaverde.

Argüelles, una hora después

Cuando el E3 llega a Argüelles, algo más de una hora después de salir de la plaza de Legazpi, ha atravesado tres núcleos de obras diferentes -"preguntadme, que me sé dónde están poniendo todos los pilares del Metro entre Delicias y Plaza de España", bromeaba Tere- y la velocidad media no superó en varios tramos la de una persona a pie: la comitiva fue adelantada entre Legazpi y Atocha dos veces por un caminante que cubría su cabeza con un casco de obra.