Las obras de peatonalización de Gran Vía: positivas para los peatones pero "un caos" para trabajar

  • "No hay zonas de carga y descarga, y la solución a los problemas es poner multas", critican los transportistas.
  • Los peatones miran al largo plazo: "Aunque ahora parezcan reformas absurdas, al final será bueno para todos".
Zona en obras para la ampliación de las aceras en Gran Vía.
Zona en obras para la ampliación de las aceras en Gran Vía.
JORGE PARÍS
Zona en obras para la ampliación de las aceras en Gran Vía.

Madrid amanece, como siempre, ajetreado. En el centro de la ciudad los coches, el transporte público, los peatones y los transportistas conviven igual que cualquier otro día, pero con una salvedad: las obras de peatonalización de Gran Vía, que se iniciaron el pasado nueve de marzo y se alargarán, al menos, hasta final de año. Desde el martes por la noche, y durante tres, los trabajos se centrarán en la ampliación de las aceras de los números pares.

La parte que se reducirá será por tanto la de los números impares, pero se mantendrá la disposición de dos carriles por sentido. Desde el Ayuntamiento de Madrid se mantiene que las obras se realizarán en mayor medida por la noche para interferir lo menos posible en el tránsito de vehículos. Además, los nuevos carriles serán repintados.

El siguiente paso a esto será la reforma de las intersecciones de Gran Vía con otras calles. En ello no se avanzará hasta el verano, presumiblemente entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, puesto que son los meses con menos volumen de tráfico.

A pesar de que la idea se basa, según el Ayuntamiento, en facilitar la convivencia entre peatones y coches, son muchas las voces críticas ante las reformas y, sobre todo, ante la manera de llevarlas a cabo. Faustino Molero, transportista, lamenta a '20minutos' que la organización sea "tan mala" y asegura que como trabajador "le afecta en todo".

"No tenemos zonas de carga y descarga", explica este repartidor que ha calculado que por culpa de las obras "tardas en recorrer toda la zona casi una hora cuando antes en quince minutos tenías el trabajo hecho". Además, afea que la solución sea "poner multas" y no le ve "demasiado recorrido" a los cambios planteados.

El mismo problema se encuentra Jorge Castro, que desde su camión esgrime que por culpa de las obras "circular por Gran Vía es un caos". Como Molero, también nota que al estar la calle en fase de reforma "se tarda mucho más en hacer los repartos" y considera que la forma en la que se han planteado los cambios "no es la correcta".

Los peatones, más abiertos a los cambios

Desde el punto de vista del peatón la cosa cambia. La valoración pasa a ser positiva, porque “se gana espacio”, tal como explica Jehú. Este joven reconoce que aunque en un primer momento puedan “parecer absurdas y caóticas”, a largo plazo las reformas van a tener “efectos muy buenos”. Y va un poco más allá: “No se nota una diferencia grande entre la actividad normal, sin obras, a la que hay con ellas”.

De la misma opinión es Beatriz. “Como peatón va muy bien, sobre todo para las horas punta, que normalmente es imposible transitar”, dice, aunque reconoce que por la parae del tráfico “la diferencia es grande entre la zona de las obras y aquellas en las que no hay. Donde están trabajando se forma tapón y ahí aparece el problema”.

Pero tiene una visión a medio plazo. “Al final hay que mirar cómo será Gran Vía cuando las reformas estén hechas, a mí me gusta andar, por lo tanto lo voy a agradecer, dependerá un poco de las costumbres de cada uno”, sentencia.

Además de ensanchar las aceras, la reforma de Gran Vía también incluirá 248 nuevos árboles y bancos colocados desde la calle Alcalá hasta Plaza de España. El objetivo es finalizar antes de 2019, pero la remodelación completa también incluye modificaciones en las estaciones de metro de Gran Vía y Sol, y esa parte ya depende de la Comunidad.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento