Maribel Verdú: "No entendía nada de la gala de los Goya de este año"

Maribel Verdú posa con la camiseta de la película 'Sin rodeos'.
Maribel Verdú posa con la camiseta de la película 'Sin rodeos'.
Elena Buenavista
Maribel Verdú posa con la camiseta de la película 'Sin rodeos'.

El pasado fin de semana, la comedia Sin rodeos, de Santiago Segura, se convirtió, con más de 200.000 espectadores y 1,3 millones de euros de recaudación, en el mejor estreno en salas de una película española en lo que va de año. Su protagonista, Maribel Verdú, nos cuenta las claves del filme.

¿Cómo llegó a protagonizar Sin rodeos?

Santi y yo nos conocíamos, pero como todos en esta profesión –no éramos amigos ni nada– pero un amigo en común le dio mi teléfono y me llamó. Quería que yo portagonizase la versión española de una película chilena.

¿Le gustó la idea desde el principio?

Vi la película y me pareció un bombón de papel. Me tiré de cabeza. El problema es que yo tenía un compromiso con Superlópez desde hacía dos años y los rodajes coincidían. Pero como Santiago es productor, la adelantó para poder hacerla. Es la primera vez en mi vida que una peli se adelanta, eso no existe.

Así que está contenta.

Felicidad total. Además, hemos tenido un rollo y una complicidad increíbles, nos hemos hecho amigos. Él dice que, como no tiene hermanas, yo ahora soy como su hermana mayor.

La película es un poco como Un día de furia.

Total. Con la diferencia de que aquí el arma es la palabra. Bueno, casi siempre [risas].

¿Hay que hacer como Paz y soltarlo todo para no estallar?

A ver, eso sería un suicidio social. En cierto sentido, la sinceridad está sobrevalorada, lo que pasa es que si te comes todo lo malo y sufres... pues eso no puede ser. Yo creo que tienes que imponer tu lugar y que no te pasen por encima. Es una cuestión de carácter y de actitud. Lo que hay que hacer es  vivir en consecuencia con cómo quieres y sin que la gente se aproveche de ti, poder trabajar dignamente en un ambiente relajado sin que nadie te oprima y abuse de su poder. ¿Te imaginas que de repente mucha gente decida hacer lo mismo que Paz? Sería fantástico.

¿Usted es más de guardarse las cosas o de soltarlas?

No me conoces, pero yo creo que ya tienes la respuesta [risas].

¿Alguna vez se ha visto tan superada por algo que se ha planteado recurrir a un santero?

No, nunca. Pero si yo no he tenido ni un psicólogo en la vida, imagínate un santero. Y no por nada, ¿eh?  Creo que lo más inteligente en esta vida es, cuando necesitas ayuda, buscarte especialistas. Si algún día tengo que hacerlo, lo haré.

La película tiene un reparto amplio, ¿cuál de sus compañeros le ha sorprendido más?

Me ha sorprendido mucho Cristina Pedroche. Está fantástica, es una profesional, aparte de divertidísima. Y he disfrutado muchísimo con Candela Peña. Desde La Celestina, que era su segunda película, no currábamos juntas, y de repente fue alucinante. Es que esa es "la escena de la película". Fue genial prepararlo con ella.

¿Qué le hace reír?

Yo soy muy risueña, me río mucho, pero soy difícil para el humor obvio y evidente, no me hace ni puta gracia. Con las cosas por las que se ríe todo el mundo yo me quedo como "¿perdona?".

Entonces, ¿qué le hace gracia?

Me gusta un humor muy inglés, una ironía muy sutil y muy inteligente. No por dármelas de nada, ¿eh? Yo conozco a intelectuales acojonantes, gente preparadísima, que se mueren cuando escuchan bromas muy tontas. Pues no, a mí me hace gracia Tip y Coll, Gila... Fíjate, si vivieran ahora no podrían hacer su humor ya nunca más, estarían todo el día en la cárcel.

Parece que se está aficionando a la comedia.

Bueno, es que Abracadabra es como que me ha abierto una puerta que a mí me encanta, pero me parece muy difícil encontrar una comedia digna. Los dramas, aunque sean regulares, siempre te los puedes creer más y no sientes que hagas el ridículo, pero una comedia de tartazo en la cara y caída tonta...

¿Cree que ha tenido suerte?

Total. Después de Abracadabra me encuentro con esto de Santiago, y luego Superlópez, que no sabes el guion tan genial que ha escrito Borja Cobeaga. Y la cuarta que he hecho con Gracia Querejeta, Ola de crímenes, escrita por Luis Marías y producida por el amiguete, es divertidísima.

Sin rodeos es muy feminista, llega en un momento ideal.

Encaja perfectamente. Algunos están tachando a Santi de oportunista. No, es oportuno, que es distinto, porque esta peli hace dos años que le llegó y se rodó hace año y medio. Pero ahora sale en un momento que ni pintado, una maravilla.

¿Confía en que todas estas reivindicaciones tendrán efecto?

Yo creo que 2018 es un año que va a marcar un antes y un después en la vida laboral de todas las mujeres. Son los pequeños actos los que marcan, como cuando Rosa Parks se negó a levantarse en un autobús.

¿Qué queda por delante?

Mucha lucha y muchos años para sacar a la gente de lo que culturalmente llevamos viviendo siglos y siglos, que es el machismo y pensar que la mujer es inferior al hombre en todo. Pero creo que ahí vamos, encauzados a ello.

Se criticó mucho la pasada gala de los Goya por no atinar con el tono feminista.

Es que yo, lo de la gala de los Goya de este año, no entendí nada. No sé de qué fue. No entiendo que se puedan meter con Paz Vega o con Eduardo Noriega. Cuando se trata de hacer daño y de ser cruel con un compañero, en ese momento yo desconecto y ya no me interesa nada de lo que pasa. Lo siento, el humor lo entiendo pero la crueldad no. Tú puedes meterte con los corruptos, con los impresentables, con los maltratadores pero ¿con un actor?, ¿de verdad?

Al margen de eso, ¿hay algún nominado que cree que debería haber ganado?

Hombre, Abracadabra. No yo, por supuesto, pero el guion de Pablo Berger, que es un contador de historias... Pero nada, este año ha sido la gran vilipendiada.

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