La de Pablo Escobar es una historia en la que concurrían muchas perspectivas. El director de cine Fernando León de Aranoa ha elegido el punto de vista de la periodista que fue la amante de Pablo Escobar, al que da vida Javier Bardem, que comparte reparto con Penélope Cruz en el papel de la periodista Virginia Vallejo en el filme Loving Pablo.

¿Cuál es el porqué de esa fascinación que despiertan los narcotraficantes?

Creo que tiene que ver con el éxito fácil, repentino y enorme que produce el dinero del narcotráfico para todos aquellos que trabajan en eso... no sé si la palabra trabajar es la correcta. Pero también nos produce fascinación la consecuencia de eso, porque nos deja más tranquilos a los que tenemos la cabeza un poco más amueblada y que sabemos que hay cosas que no se pueden hacer en nombre de nada, como es matar.

Los narcos no suelen acabar bien...

Sabemos que pueden tener y amasar mucho poder, pero estamos esperando la consecuencia y es importante que esa consecuencia se cuente también. Otros "escobares" no contaron tanto la consecuencia, se quedaron en el ascenso. Aunque la subida es importante, para conocer lo que no se debería seguir haciendo, que es darle cabida en la sociedad a gente así.

¿Cómo se evita eso?

El hecho de usar cocaína, el meterse una raya, colabora a darle más dinero y promoviendo y ayudando a que personajes así tengan más poder. Hay quien piensa "¿qué más da?", pero están financiando el crimen.

¿Cómo se ha documentado para un personaje tan intenso?

Gracias a Dios había muchas fuentes, muchos documentales, libros... no vi ni series ni películas sobre el tema porque no quería quedarme influenciado por eso, con todos mis respetos a esos proyectos y actores, pero no quería que me influyesen.

¿Le apetecía un personaje tan intenso?

Había una energía en mi que yo quería explorar y que tenía que ver con la energía de él, una cosa como hipotensa, pesada, parecida a veces a Vito Corleone, porque Pablo Escobar es como un Vito Corleone a lo latino.

La transformación física es muy característica, ¿cómo fue la primera vez que le vio Penélope caracterizado?

Se va haciendo escalonadamente hasta que hay un momento en el que está todo, así que el ojo se ha acostumbrado un poco. Pero sí, hubo una primera vez en Colombia, ya con el vestuario, el maquillaje y todo y sí: causaba sensación. Pero no sólo a Penélope y a Fernando, sino a muchos de la producción.

Dio más de un susto...

Sobre todo a la gente que no me conocía, gente del equipo técnico, personas de Colombia, que de pronto se quedaban diciendo "éste de donde aparece". A veces iba caracterizado hacia el set para rodar y aunque iba pensando en mi escena, pero ya con la energía del tipo, notaba a mi alrededor cómo la gente se encogía un poco, porque ellos tienen una historia y un pasado con ese personaje.

¿Cómo fue el proceso de caracterización? ¿Engordó, usó prótesis?

Fue un poco de todo, porque son diez años y los pesos cambian. Partimos de un peso base, que era grande y luego fuimos acomodándolo a medida que rodábamos escenas del principio.

¿Es menos incómodo rodar una escena de sexo cuando es con tu pareja?

En esta película el sexo está muy bien tratado, pero cualquier escena de sexo es incómoda. Cuando eres joven dices "¡hala, qué divertido!", pero luego es mentira porque hay cincuenta o sesenta personas mirando y tienes que repetir varias veces, así que no tiene nada de divertido.

No le gustan entonces...

Cuando leo un guión y veo que hay una escena de esas pienso "puf, qué pereza". No lo paso bien. Y curiosamente tampoco lo paso bien viéndolo.

¿En un rodaje así puede haber risas o momentos de distensión?

Sí, tiene que haberlas. Después de rodar, cuando decían "corta", respiraba y vestido de Escobar hacía todo tipo de traperías y tonterías riéndome del personaje y sacándome la tensión. Es un personaje que no expresa, que sólo saca con la mirada y la voz y va a acumulando y acumulando tensión y cuando cortábamos era como "¡por fin puedo moverme y saltar y bailar!".