Descubrió su vocación siendo muy joven y lleva ya más de 25 años vistiendo a las mujeres. Le marcaron mucho su madre y su tía, sus grandes influencias, quienes le enseñaron a apreciar cuáles son las piezas útiles.

Probablemente esos buenos cimientos sobre costura que adquirió de niño unido a su talento creativo y ese amor por la belleza hayan convertido a Lorenzo Caprile (1967, Madrid) en el modisto de la aristocracia. Costurero fetiche de la reina Letizia, la Infanta Elena de Borbón y de famosas como Paz Vega, Anne Igartiburu y tantas otras... A partir de ahora, le veremos como jurado del programa Maestros de la costura (La 1) en el que comparte mesa con María Escoté y Alejandro Gómez Palomo (más conocido por su firma Palomo Spain).

Caprile (1967, Madrid) se formó entre el Fashion Intitute of Technology de Nueva York y el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia, ciudad que adora. Además, es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de esta misma localidad italiana. Tal vez de esa rama de sus estudios le venga la vehemencia con la que hace hincapié en que es "modista" no modisto ni diseñador ni nada que se le parezca.

Su apellido, de origen claramente italiano, no es fruto de una acción de marketing para abrirse puertas en una industria un tanto artificial, sino por sus padres que son de Italia.

Empieza a trabajar en 1986 para distintas firmas de prestigio y en 1993 abre su propio atelier, especializándose en trajes de novia (el primero que hizo fue para la empresaria Carla Royo-Villanova) y vestidos para ceremonias.

Ubicado en el madrileño barrio de Salamanca, Caprile se mantiene fiel a su cuartel general donde sigue creando sus patrones y cosiendo a medida, de manera artesanal, inventando preciosas figuras y colores. Confeccionando con minuciosidad y tenacidad sus propias colecciones. Labor que compagina con la de figurinista teatral.

Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2016 y uno de los grandes representantes de la moda española, el modista sigue con los pies muy pegados a la tierra: "No están los tiempos para hacer de menos ningún oficio", explicaba el costurero en una entrevista a Vanity Fair. Con un gran afán de superarse reconoce que recuerda más "los trajes que salieron mal" que aquellos que fueron un éxito.

Confiesa que duerme con un cuaderno en su mesilla por si se le ocurre alguna idea en medio de la noche. O que le llena de orgullo que todavía haya clientas que le pidan un diseño similar al que le hizo a la reina Letizia (por aquella época no era ni Princesa de Asturias) para la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson.

Letizia lució el vestido, de un rojo intenso, con un broche y unos pendientes. Sin embargo, la reina fue criticada por su elección ya que hay quienes consideraron que se trataba de una prenda más apropiada para una alfombra roja que para una ceremonia real. No obstante, la reina ha acudido en muchas ocasiones con creaciones de Caprile. A veces, incluso, recicla una parte del diseño para otro evento.

Otro vestido icónico de Caprile fue el que le hizo a la infanta Elena para la boda real de Suecia, un look torero y goyesco en color rosa.

Desde 2010 es el encargado de vestir a la presentadora Anne Igartiburu para las campanadas de Fin de Año en TVE.

Igartiburu es una fan incondicional de Caprile y escoge sus diseños para lucirlos sobre la alfombra roja. En la última edición de los Goya llevó un vestido largo en color blanco que es obra del modista madrileño.

El español también ha llevado sus creaciones a Hollywood. En la película El Lobo de Wall Street (Martin Scorsese), la actriz Margot Robbie, quien interpretaba a la mujer de Leonardo DiCaprio, llevó un vestido nupcial que confeccionó Caprile.

"Conseguí ese trabajo porque Sandy Powell, la figurinista de Scorsese, es muy amiga mía", comenta el español durante una entrevista.