La aprobación de los Presupuestos Generales del Estados (PGE) tendrá que volver al Congreso, después de que CIU los vetara en el Senado. Para que ese rechazo sea superado, el Gobierno necesita que las cuentas sean aprobadas por mayoría absoluta, o lo que es lo mismo, 176 votos.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, resta importancia a este veto y asegura que "saldrán adelante", ya que en el Congreso obtuvieron 177 votos.

El PSOE tiene 164 escaños en la Cámara Baja, con lo que necesitaría doce votos del resto de grupos. De éstos, el Gobierno da por seguros los siete votos del PNV y tres que procederán del Grupo Mixto (BNG, CHA y Na-Bai). Sumando todos, aún faltarían dos.

Estos votos procederán, casi con toda seguridad, de IU, (el partido ya ha anunciado que sus cinco diputados apoyarán los Presupuestos) con lo que el Ejecutivo no dependerá de los votos de los dos tránsfugas: Joaquín Calomarde (PP) y Román Rodríguez (CC), como se especuló en un principio.