El Defensor del Menor propone escuelas más pequeñas para evitar el acoso escolar

"Hay que ponerse en marcha para acabar con la situación" de acoso entre los propios alumnos que se vive en algunas escuelas, afirmó Morgades durante una rueda de prensa, convocada para presentar dos publicaciones en las que se plantea cómo actuar si se detecta acoso escolar, una dirigida a los adolescentes y otra a los padres.

Según sus datos, más del 9% del alumnado de Educación Secundaria sufre amenazas y más del 4% agresiones físicas directas, aunque el 30% declara sufrir agresiones verbales de compañeros con cierta frecuencia.

La muerte en otoño del joven guipuzcoano Jokin C.L., que se suicidó al parecer por el acoso al que le sometieron presuntamente algunos compañeros del instituto, debe marcar "un antes y un después" en la lucha contra este problema, añadió Morgades.

Entre las propuestas del Defensor del Menor frente a la violencia en las escuelas, aparte del teléfono amigo y la página de Internet, Morgades planteó asimismo el diseño de escuelas más pequeñas, con menos alumnos y con ambientes más personalizados, además de una mayor atención a la diferencia y a los chicos con problemas de inserción y éxito escolar.

Asimismo, la elaboración de protocolos de actuación unificados para casos de acoso escolar o violencia en las escuelas, una mayor relación entre el centro de estudios y la familia, la promoción del aprendizaje de la convivencia, la amistad y el compañerismo.

También el diseño de códigos de conducta, la publicación de datos trimestrales durante el ejercicio 2005/06 y posteriormente con carácter anual sobre acoso escolar, el establecimiento como referente del Observatorio del Menor y la existencia de registros autonómicos y de otro unificador con carácter nacional con datos sobre violencia en las aulas.

Los 'signos' del alumnos acosado

Las profesoras de Educación Secundaria y expertas en programas de promoción de la convivencia, Isabel Hernández e Isabel Fernández, autoras de las dos publicaciones presentadas este martes, advirtieron de algunos de "los signos" del alumno "acosado" y ante los cuales los padres deberían prestar atención. Por ejemplo, si piden dinero frecuentemente y sin motivo o ropa especial, si se quejan de problemas de salud excesivamente o vomitan a menudo antes de ir al colegio o si presentan heridas que no saben justificar.

Tras el acto, en relación con otro problema paralelo que se está dando en las aulas, el de la violencia de algunos escolares contra sus profesores, el asesor de Educación del Defensor del Menor, Rodrigo Juan García, explicó que aparentemente, "el conflicto" que se percibe se debe principalmente a que ni los alumnos ni los profesores se ven satisfechos con sus expectativas en las aulas.

Preguntado por el reciente caso de una alumna que seccionó un dedo a su maestra de un portazo durante una discusión, García dijo que hay casos en los que el maestro no tiene más defensa frente a ciertos estudiantes que la Policía, aunque eso debería ser en caso extremo, después de haber agotado la vía del diálogo con el alumno.

En su opinión, la solución pasaría por una reorganización de la política de los centros educativos más ajustada a las necesidades de unos alumnos no siempre motivados para estudiar y de unos maestros cuyas expectativas de enseñar a menudo se ven frustradas al tener que dedicar la clase a mandar callar.

Las profesoras Fernández y Hernández insistieron en que son infinitamente menos frecuentes las posibles situaciones de acoso a profesores por parte de estudiantes que las que se dan entre el colectivo de alumnos, pero si un maestro se siente intimidado por escolares puede buscar apoyo en la comunidad escolar y en el propio centro, y en último caso por la Policía si resultara agredido.

NOTICIAS RELACIONADAS: