El número de partos en casa se triplica en Asturias en cinco años

En 2006, 30 mujeres asturianas de entre 28 y 32 años decidieron dar a luz en su hogar, frente a las 12 que lo hicieron en 2002.

Cada vez son más las asturianas que optan por no acudir a los hospitales a la hora de tener a sus hijos. Durante el año pasado, 30 mujeres dieron a luz en casa, el triple que en  2002, cuando una docena de madres decidieron tener a sus bebés en la intimidad de su hogar.

«Antes tenía meses libres, pero a partir de 2002 el número de peticiones para dar a luz en casa subió de repente y ahora atiendo una media de tres partos al mes», explica Andrea Brandt, médico obstetra y la única persona que se dedica a atender los partos en casa en el Principado. Lo hace acompañada de un ayudante.

El perfil de las que se deciden por esta opción son mujeres que tienen entre 28 y 32 años, poseen estudios superiores y planean de antemano cómo y dónde quieren tener a sus hijos. De hecho, el 10% de estas madres acuden a Brandt «antes de quedarse embarazadas», y un 70% toman la decisión durante el primer trimestre del embarazo, «justo después de realizar la primera visita al ginecólogo, porque aquí no tenemos una asistencia donde se trate a las embarazadas como personas».

4 preguntas sobre... El parto en casa

1.- ¿Cuáles son las ventajas? Hay más intimidad y respeto hacia el proceso natural de dar a luz.

2.- ¿Es seguro? La obstetra acude con material estéril y un pequeño equipo de urgencias. Además, no se admiten embarazos de riesgo.

3.- ¿Se atiende en toda Asturias? Sólo se acude a domicilios que no estén a más de 20 ó 30 minutos de un centro hospitalario, por si hay una urgencia.

4.- ¿Cómo es la preparación? Para Andrea Brandt, la médico obstetra que atiende estos partos en Asturias, la preparación más importante es la mental y emocional. Se centra en hacer que las mujeres pierdan el miedo al parto y se mentalicen de que dar a luz no es tan horrible ni tan doloroso como dicen.

Jarrio garantiza  el parto natural

El Hospital de Jarrio es el único centro asturiano donde se respetan los deseos de las madres a la hora de dar a luz. Esto ha hecho que en los dos últimos años se haya duplicado el número de partos, pasando de 300 a 600.

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