La Policía Local detuvo ayer a F. J. G. P., un sevillano de 46 años, en la zona de la estación de ferrocarril.
El individuo dejó caer su vehículo sobre el coche policial cuando esperaba en un semáforo en rojo y los agentes le dieron el alto al percibir que conducía bajo los efectos del alcohol.
Tras negarse a realizar la prueba de alcoholemia y para poder ser trasladado a comisaría, los efectivos lo cachearon.
Entonces descubrieron que el hombre llevaba escondida una pistola de descarga eléctrica de un millón de voltios en el bolsillo de la chaqueta.
El arma, que puede provocar la muerte, le fue intervenida.
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