Bulgaria en la voz y los zapatos

Rincón búlgaro. Una asociación ofrece clases de baile, canto y pintura búlgaros, además de asesorar a los inmigrantes.
Rincón búlgaro. (M.V.)
Rincón búlgaro. (M.V.)
Rincón búlgaro. (M.V.)

Son unos 50. Casi ninguno vive cerca, pero todos se hacen un hueco y el domingo a las cinco están allí. Han cogido un tren a sólo dos paradas de Atocha-Renfe, pero se encuentran un poquitín más cerca de Bulgaria. Se dirigen a la Casa Cultural Mariano Muñoz, donde funciona la asociación búlgara Tangra, que organiza bailes, música y pintura típicos de ese país, además de ayudarlos en su integración a Madrid con clases de español, búsqueda de empleo y lo que necesiten.

«Venir aquí es una manera de encontrarse con su gente, de preservar la identidad, de no sentirse solos», cuenta Deana Ivanova, profesora y coordinadora de la asociación. Allí, entre la música y el arte, los búlgaros se sienten un poco más seguros. Algunos entran al salón grande, donde Deana

coordina la sesión de baile búlgaro. La danza es tan alegre que dan ganas de sonreír aunque la semana haya sido un desastre.

En otra pequeña habitación, un grupo de mujeres entona canciones típicas búlgaras. Parecen una multitud, pero son sólo ocho. Su voz llegará más lejos que las paredes de esa habitación. No será a Bulgaria, pero sí a la sala Caracol, donde junto con los bailarines mostrarán su cultura a Madrid el 16 de diciembre.

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