Monjas montan una capilla para impedir la construcción de un gasoducto en Pensilvania

  • Las religiosas cuentan con el apoyo de un grupo medioambientalista con el que intentarán parar la construcción.
  • Hasta el momento el juez federal del distrito ha negado el uso de las tierras de la congregación religiosa.
  • Pese a que los habitantes llegaron a un acuerdo con Barack Obama, Donald Trump ha decidido poner en marcha los planes.
La capilla que bloquea los planes de creación del gasoducto
La capilla que bloquea los planes de creación del gasoducto
Stand with the Sisters / Facebook
La capilla que bloquea los planes de creación del gasoducto

Las monjas pertenecientes a la orden religiosa de "Las Adoradoras de la Sangre de Cristo", en una zona rural del estado de Pensilvania, han decidido construir una capilla dentro de su propiedad pero por un lugar en el que se ha planeado que pase un gasoducto al que ellas se oponen.

Las religiosas cuentan con la ayuda de Lancaste Against Pipelines, el grupo medioambientalista local, que durante tres años ha protestado y tomado acciones legales contra los planes del gasoducto.

Las monjas católicas decidieron poner varios bancos y una pérgola generando un altar, con el que intentan bloquear la creación de los planes de construcción del gasoducto. Además mediante un comunicado han decidido invitar a todas las personas que quieran acercarse el próximo domingo para celebrar una ceremonia en el pequeño altar improvisado.

La empresa Williams Partners tiene entre sus planes transportar casi 300 kilómetros por Pensilvania, conectando regiones productoras de gas en el nordeste de Estados Unidos a sus clientes en las regiones atlánticas media y sur.

Pese al bloqueo realizado por la orden religiosa, la empresa ha decidido acudir a la corte para buscar una orden de emergencia que les permita utilizar las tierras para sus tareas constructivas. Sin embargo, el juez federal de distrito Jeffrey L. Schmehl rechazó conceder a los constructores del gasoducto el uso inmediato de las tierras de la congregación religiosa.

Las hermanas consideran la construcción una violación de su compromiso con el medio ambiente, con el que están llamadas a "respetar la interconexión y unidad con la creación" y "reverenciar a la tierra como un santuario donde toda la vida está protegida".

Esta protesta forma parte de un movimiento que pretende parar la construcción de grandes conducciones por todo EE.UU., como en los casos de los proyectos más polémicos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access.

Aunque los grupos indígenas de esas tierras lograron parar los planes tras meses de enfrentamiento con el Gobierno del expresidente Barack Obama, una de las primeras medidas que el actual mandatario, Donald Trump, tomó al llegar a la Casa Blanca fue autorizar la reanudación de la construcción de Dakota Access.

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