A Mª José Pomares todo le sale mal. Hace dos años que no ve a sus dos hijos mayores porque su ex marido «dijo barbaridades» y perdió la custodia. Rehizo su vida con otro hombre y, a punto de dar a luz, la han desahuciado mientras estaba hospitalizada y no ha podido ni entrar a casa a sacar sus muebles y efectos personales.

Hubo un juicio por malos tratos de su ex y al acordar la separación, ella dejó de pagar del alquiler porque le corrrespondía a él, ya que no le pasaría manutención por los hijos, que hoy tienen cinco y seis años de edad.

«Me desentiendo por completo y mi sorpresa viene cuando del Instituto de la Vivienda (IVVSA) me avisan de que tengo una deuda de 3.000 euros», recuerda. «Estando hospitalizada, me cambian la cerradura y al volver no puedo entrar».

El pasado miércoles dio a luz y ahora tiene que irse a vivir con sus padres, porque tras el desahucio del piso en la calle Alberto Pérez Ferré (Virgen del Carmen) ha subsistido en un local abandonado del Palamó lavando ropa y aceptando comida de algunos vecinos, junto a su pareja, que malvive como gorrilla en el Postiguet.

Tanto en Servicios Sociales como en el IVVSA subrayan que todo desahucio y pérdida de la custodia están más que justificadas.