El distrito Suroeste de Santa Cruz de Tenerife ha sufrido un corte en el suministro de agua después de que un operario de la Empresa Mixta de Aguas de Santa Cruz de Tenerife S.A. (Emmasa) detectara un extraño olor a hidrocarburo en la misma.

Se trata del canal de Araya, uno de los principales suministradores del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a través del que reciben agua la capital tinerfeña, Candelaria y El Rosario.

Según el Ayuntamiento, se ha decidido cerrar las entradas y salidas del suministro a los depósitos de agua de estos municipios y se ha iniciado una investigación para aclarar el origen del problema.

Los responsables del canal de Araya han confirmado la existencia de un vertido. Por su parte, el consistorio está preparando una denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona).

En el caso de la capital tinerfeña, el problema se ha concentrado en los depósitos de agua de Cuevas Blancas, Los Alisios, Santa María del Mar y Barranco Grande que son los que abastecen a la población que reside en esos barrios, junto a los de Acorán y Añaza.

Las actuaciones que han realizado los técnicos de la empresa Emmasa se encaminan a la toma inmediata de distintas muestras para analizar el estado del agua, así como la evaluación de las medidas a adoptar para corregir esta situación lo antes posible.

Afectados por el problema

Una vez que se logre resolver el problema en el suministrador de origen, se procederá a la verificación de las analíticas correspondientes que garanticen que el agua cumple con todos los parámetros de potabilidad y calidad que exige la ley.

Las previsiones de los técnicos indican que a finales de la jornada de hoy podría reiniciarse el suministro en las zonas afectadas.

La compañía Emmasa ha habilitado dos teléfonos de información permanentes para los ciudadanos afectados, que pueden solicitar cualquier aclaración al respecto a través de los teléfonos 902 539 000 ó 902 504 747.

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife garantiza que el resto de los vecinos de la capital tinerfeña que reciben el suministro de agua con normalidad tienen garantizada la potabilidad de la misma, al no verse afectados por el problema suscitado en el canal de Araya.

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