Según ha explicado uno de los responsables de la empresa cetrera, los operarios que adecentan la fachada del Ayuntamiento melillense no conseguían espantar a las "abundantes" palomas que se colocan en los recovecos del edificio, por lo que se ha recurrido a sus servicios.

El grupo de cetreros, que ya cuenta con varios años de experiencia en el control de fauna del aeropuerto de la ciudad, emplea desde el sábado a tres águilas que realizan vuelos cortos desde la plaza hasta los lugares más elevados del Palacio de la Asamblea en periodos de treinta a sesenta minutos con una frecuencia de cinco a seis veces al día.

Según las mismas fuentes, la elevada población de gaviotas y palomas es un problema para la ciudad, pues pueden suponer un riesgo tanto para la seguridad de los ciudadanos como para el patrimonio urbano.

Por este motivo, diferentes organizaciones emplean a este grupo de expertos en diferentes lugares, como el aeropuerto, el cementerio o el puerto.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE MELILLA.