Según los informes de Sanidad, este ciudadano convive con su pareja, una anciana y tres menores. «Nos sorprende que por la calle vayan bien vestidos y no den sensación de suciedad», comentó ayer uno de los vecinos. Algunos residentes en las viviendas más próximas corroboraron que la pareja y la anciana tienen un «aspecto normal», no desaliñado.

Tras entrar en la casa mediante una orden judicial en enero de este año, la Policía Local comprobó que la vivienda se encontraba muy sucia, con restos de envases, bolsas, papeles, residuos de alimentos y ropa en mal estado, todo esparcido por el suelo.

Dos niños pequeños

El aseo estaba impracticable y los desagües, atascados; el salón, lleno de basura, y el mobiliario, deteriorado; la cocina tenía grasa en paredes, suelo y encimera, con útiles con restos alimenticios en descomposición y platos rotos por el suelo. Durante la inspección, dos de los niños deambulaban descalzos, con riesgo de infecciones.

«Actuamos con rigor y diligencia en todo tipo de actos contra la salud pública, y este caso no es una excepción», declaró ayer el concejal de Sanidad, Juan Zaragoza.