La Casa Blanca defiende el veto a inmigrantes y lanza un ultimátum a sus diplomáticos

Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca.
Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca.
EFE
Sean Spicer, portavoz de la Casa Blanca.

La Casa Blanca insistió hoy en defender el veto temporal a la entrada al país de personas de siete naciones de mayoría musulmana, con el argumento de que la seguridad de los estadounidenses es la "mayor prioridad" del presidente Donald Trump y que se trata de prevenir "potenciales" amenazas y ataques. Además el portavoz estadounidense, Sean Spicer, ha lanzado un ultimatum a los diplomáticos que se oponen al veto migratorio del presidente.

"No sabes cuándo viene el próximo ataque, lo mejor que puedes hacer es adelantarte a él", justificó en su rueda de prensa diaria el portavoz . Por ello, Trump está poniendo "la seguridad de los estadounidenses por delante" y "no quiere esperar", sino ser "proactivo" y anticiparse a "potenciales amenazas", detalló el portavoz.

A su juicio, el ataque armado perpetrado el domingo contra una mezquita de Québec (Canadá), que causó seis muertos y ocho heridos, es "un terrible recordatorio de por qué debemos permanecer vigilantes".

El veto decretado por Trump el viernes, que suspende durante 90 días la concesión de visados a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana con historial terrorista -Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán-, provocó durante el fin de semana caos e indignación en medio mundo, así como protestas en varios aeropuertos de EEUU.

La medida de Trump también suspende el ingreso en Estados Unidos de todos los refugiados durante 120 días y su entrada en vigor ha sido inmediata. "El presidente está haciendo exactamente lo que dijo al pueblo estadounidense que haría", subrayó Spicer.

El portavoz citó el dato, ofrecido también hoy por Trump en su cuenta de Twitter, de que "solo 109 personas" fueron detenidas para revisiones de seguridad adicionales de un total de 325.000 que ingresaron al país en 24 horas tras la emisión del decreto presidencial.

Asimismo, Spicer minimizó los problemas provocados por la orden de Trump y sostuvo que es "una lástima" haber "causado molestias" a las personas afectadas. Trump culpó hoy de los problemas en varios aeropuertos a raíz de su decreto a un apagón informático de la aerolínea Delta, que ha causado demoras y cancelaciones de vuelos desde el domingo a última hora, y a los manifestantes que han protestado por esa medida.

A través de un comunicado emitido por la Casa Blanca, el mandatario de EEUU defendió el domingo que su medida no es una "prohibición contra los musulmanes", pues hay "más de 40 países" en el mundo similares a los vetados que no se han visto afectados.

El ultimátum

La Casa Blanca lanzó hoy un ultimátum a más de 100 diplomáticos estadounidenses que han criticado el veto temporal impuesto por Donald Trump a la entrada a Estados Unidos de personas de siete naciones de mayoría musulmana, al pedirles que abandonen su cargo si no están dispuestos a aceptar la medida.

"Deberían o bien ajustarse al programa o irse", dijo Sean Spicer durante su conferencia de prensa diaria. Era la reacción a un mensaje que ha circulado entre diplomáticos estadounidense en todo el mundo, y que según algunos medios ha recibido más de 100 firmas, antes de ser remitido al llamado "canal de discrepancias" del Departamento de Estado.

Dicho canal se mantiene desde la guerra de Vietnam (1955-1975) para que los empleados puedan expresar su disconformidad a las altas esferas de la diplomacia estadounidense sin temor a represalias, y los documentos allí archivados deben recibir una respuesta oficial en un plazo de entre 30 y 60 días.

En el mensaje, los diplomáticos expresan su oposición a la parte del decreto firmado este viernes por Trump que prohíbe durante 90 días la entrada al país a los ciudadanos de Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán.

"Esta prohibición, que solo puede levantarse bajo condiciones que a los países les resultará difícil o imposible cumplir, no alcanzará su objetivo señalado de proteger al pueblo estadounidense de ataques terroristas de ciudadanos extranjeros que ingresen en Estados Unidos", advierten los firmantes del documento. "Además, esa política va en contra de importantes valores estadounidenses como la no discriminación, el juego limpio y la bienvenida a los visitantes extranjeros y los inmigrantes", añaden.

El portavoz en funciones del Departamento de Estado, Mark Toner, aseguró hoy estar "al tanto" de ese mensaje y defendió la necesidad de que los empleados de la agencia pueda registrar su disconformidad con ciertas políticas dentro del "canal de discrepancias".

"Este es un proceso importante que el secretario de Estado en funciones (Thomas Shannon) y el Departamento de Estado en su conjunto valoran y respetan. Permite que los empleados expresen sus opiniones distintas sobre una política de forma cándida y privada a los líderes" de la agencia, afirmó Toner en un comunicado.

Los firmantes del documento, publicado por varios medios de comunicación, alertan de que el veto "amargará inmediatamente las relaciones" con los siete países afectados "y buena parte del mundo musulmán, que considera que la prohibición ha estado motivada por la religión".

"Al alienarlos, perdemos acceso a la inteligencia y los recursos que necesitamos para combatir las causas que están en la raíz del terrorismo en el extranjero, antes que haya un ataque en nuestro país", denuncian los diplomáticos, preocupados además por un aumento en el "sentimiento antiestadounidense" en el mundo.

También advierten de que el requisito impuesto a los países para que el veto se levante -garantizar que cada individuo que pide visado es quien dice ser y no una amenaza- es demasiado "vago y nebuloso" para que esos Gobiernos puedan o quieran cumplirlo.

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