Esta semana se ha celebrado en Málaga un curso sobre cómo entender la depresión. Pero sus destinatarios no han sido médicos; los organizadores, Laboratorios Lilly, han querido orientar la jornada a la formación de los periodistas. ¿Por qué el curso se dirige a los periodistas? Porque hemos visto que en los medios de comunicación se usa el término «depresión» con alegría. ¿Por ejemplo? En titulares como «La afición del Madrid está deprimida» o expresiones del tipo «depresión posvacacional». Parece que la depre- sión es sinónimo de tristeza, cuando en realidad la depresión es una patología que se da sin una causa con- creta. ¿Qué consecuencias se derivan de esos usos de la palabra depresión?

Se trivializa la enfermedad. Parece que quien está depresivo sufre porque quiere. Y se le dicen frases del tipo «sal a la calle», cuando en realidad la depresión causa una fuerte invalidez. ¿Todas las depresiones son crónicas? Sólo el 30% lo son. Se considera crónica cuando hay dos o más recaídas. ¿De qué forma se trata? Actualmente, el 80% de los casos se resuelven en las consultas de los médicos de familia. El resto precisa tratamiento con el especialista. Suele ser necesario tomar fármacos.

BIO

Nació en Santa Fe (Granada) hace 50 años. Es médico de familia en Armilla (Granada). Su principal afición es viajar.