La Diputación colocará pantallas acústicas a los lados de la vía para aminorar el ruido que taladra sus viviendas. Tendrán una altura de 2,5 metros y servirán también para proteger contra la caída de la carga de camiones, algo bastante frecuente.

La solución, aunque los vecinos la consideran «un parche» hasta el derribo definitivo de la autovía, se les antoja poco menos que «imprescindible». El último informe medioambiental del Ayuntamiento en la zona indica que el ruido supera ampliamente –en ocasiones hasta en un 100%– los decibelios aconsejables. Si el máximo permitido diurno es de 55 decibelios, en este acceso se llega a los 100.

En dos o tres semanas empezará la colocación de las mamparas metálicas, que serán similares a las que ya protegen las viviendas ubicadas junto a la autovía en el barrio de Rekalde.

Será en esta zona desde donde enlacen las nuevas pantallas que, a lo largo de un kilómetro, llegarán hasta que el viaducto toma tierra, a la altura de la calle General Eguía, en las cercanías.

Años de protestas en la calle, y en las ventanas

El 87% de las casas de la zona se construyeron antes que la autovía. «Y al resto de vecinos les dijeron que tenían intención de tirar el vial en breve». Es el argumento de los vecinos para rechazar a quienes dicen que «los nuevos residentes ya saben donde se meten». Para clamar no al ruido, han salido a la calle y también han colocado carteles en las ventanas, en la imagen.

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