«Lo probé un fin de semana y me enganché»

«Hay voluntarios, pero siempre hacen falta más». Es la sentencia de Sonia Mestre, que lleva cinco años de voluntaria en Gorabide, asociación de personas con discapacidad intelectual que acaba de presentar su plan de trabajo para este invierno. Sonia anima a los jóvenes a que lo prueben, porque es una «experiencia enriquecedora».

¿Qué le llevó al voluntariado?

Hace unos años acompañé a unos amigos a la asociación y me interesó, así que les di mis datos. Luego, al cumplir 18 años, me llamaron para colaborar; probé un fin de semana y me enganché.

¿En qué consiste su trabajo de voluntaria?

Ahora, en la temporada de invierno, estoy con un grupo los fines de semana, generalmente los sábados por la tarde. Hacemos lo que cualquier grupo de amigos haría, como dar una vuelta, ir al cine, a la bolera, etc.

¿Cómo responden ellos?

Muy bien. Parece que estén toda la semana esperando que llegue el sábado para salir un poco de su rutina. Además, te dan mucho cariño y te lo agradecen un montón.

¿Lo recomienda?

Por supuesto. De hecho, ya he llevado a amigos a la asociación y también se han hecho voluntarios. La verdad es que es una experiencia enriquecedora y se la recomiendo a todos los jóvenes.

¿Hay suficientes voluntarios?

Voluntarios hay, pero hacen falta más. Aunque es más importante que los que se presenten se comprometan, porque a la gente cada vez le cuesta más implicarse por mucho tiempo y ayuda de forma esporádica.

Ahora que ha terminado de estudiar, ¿qué va a hacer?

De momento ya estoy trabajando con discapacitados, aunque pretendo seguir formándome.

Bio

Nació en Bilbao hace 23 años. Ha terminado la carrera de psicología y actualmente se plantea su futuro laboral.

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