La detención de 38 ciudadanos rumanos pertenecientes a una banda organizada ha permitido esclarecer un total de 60 robos en casas de campo, bares y supermercados de la provincia de Ciudad Real y en otras provincias.

El delegado del Gobierno, Máximo Díaz-Cano, dio hoy cuenta de esta operación, que, bajo el nombre de "Hole", se puso en marcha el pasado mes de febrero con motivo de un operativo por los robos en casas de campo y fue culminada por efectivos de la Guardia Civil este pasado fin de semana.

Banda organizada y jerarquizada

Los arrestos, en colaboración con la Policía Nacional, se han llevado a cabo en las localidades ciudadrealeñas de Manzanares, Valdepeñas, Villarrubia de los Ojos y Luciana y en Los Yébenes, en la provincia de Toledo, y Roquetas de Mar, en Almería.

Estas detenciones permitieron realizar 12 registros en otros tantos domicilios y locales, en los que las Fuerzas de Seguridad del Estado encontraron numerosos objetos de los robados.

Parte de estos objetos, entre los que se encontraban joyas, móviles, ordenadores y dinero en efectivo, por otro lado, fueron trasladados a Rumanía para su venta, mientras que otra parte era vendida a otros ciudadanos rumanos residentes en España.

La banda, según explicó Díaz-Cano, a cuyos componentes se les imputan los delitos de robo con fuerza en las cosas y falsificación de documentos públicos, estaba totalmente organizada y jerarquizada, dividida en células que daban los golpes al mismo tiempo, lo que dificultaba la investigación policial, que se llevó a cabo en Ciudad Real y en otras provincias del territorio nacional.

La forma de operar de la banda se dividía en tres fases, la primera de las cuales la realizaban las mujeres que formaban parte de la organización y consistía en estudiar las medidas de seguridad del local a asaltar y lugares donde podría realizar los "butrones", agujeros para acceder al interior.

La segunda fase consistía en fijar un cerco de seguridad en torno al objetivo, estando conectados por móviles y equipos de radio los componentes de la banda dedicados a esta labor, mientras otros, con cinceles, radiales, mazas, entre otros, abrían los "butrones". En la última fase, los individuos con mejores condiciones físicas, también realizaban orificios en los tejados, accediendo al interior mientras cuerdas de rapel con el objetivo de evitar que se activaran los sensores de alarma.

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