Fray Bartolomeo, dominico y pintor renacentista pionero en el uso de los maniquíes articulados

  • Al acercarse el quinto centenario de su muerte a los 44 años, exponen en Róterdam una antología de obras del artista y monje florentino (1473-1517).
  • Maestro de los volúmenes y la amplitud de los drapeados, fue uno de los primeros artistas en usar muñecos articulados como modelos de las formas humanas.
  • 'Fray Bartolomeo - El Renacimiento Divino' reúne en el Museo Boymans once óleos de un imponente pero tranquilo lirismo y 140 dibujos preparatorios.
San Jorge derrotando al dragón en un dibujo del florentino Fray Bartolomeo
San Jorge derrotando al dragón en un dibujo del florentino Fray Bartolomeo
Museum Boijmans Van Beuningen - Collection Koenigs
San Jorge derrotando al dragón en un dibujo del florentino Fray Bartolomeo

Al acercarse, en 2017, los 500 años de la muerte del pintor florentino Fray Bartolomeo (1473-1517) —nombre que adoptó al formular los votos, a los 27 años, como monje dominico (de nacimiento se llamaba Baccio della Porta)—, el Museo Boymans Van Beuningen de Róterdam ha tenido los reflejos de organizar una importante antología de un pintor no siempre mencionado cuando se repasa el fértil panorama artístico del Renacimiento.

Fray Bartolomeo - El Renacimiento Divino, que estará en cartel entre el 15 de octubre y el 15 de enero de 2017, muestra la consumada técnica de un perfeccionista que logró ser quizá el mejor pintor de drapeados de su época y alcanzó un imponente pero tranquilo lirismo mostrando la figura humana y el movimiento. Los historiadores atribuyen a Bartolmeo la cualidad de pionero en el uso de los maniquíes articulados para conseguir una representación exacta de las formas corporales.

Las 'hogueras de las vanidades'

Muerto a los 44 años,  Fray Bartolomeo, que también aparece identificado como Bartolommeo di Pagholo, es conocido sobre todo por ser el autor del icónico y potente retrato póstumo de perfil del predicador Savonarola, también dominico, organizador de las hogueras de las vanidades para invitar a los florentinos a arrojar al fuego aquello que se consideraba pecaminoso —desde el maquillaje a los espejos, algunos libros y los trajes demasiado ostentosos—. Esta fama es injusta: en el resto del arte de Bartolomeo, aunque han sobrevivido escasas piezas por influjo de Savonarola, destruyó todos los desnudos que había pintado—, hay obras ricas y de impacto por la monumentalidad expresiva y la brillantez de los colores.

En su momento uno de los principales artistas del Renacimiento florentino, se formó en el taller del pintor Cosimo Rosselli y destacó desde el inicio por su incansable afán de perfección, tanto en la perspectiva y la geometría, como en los vestuarios de las figuras. Antes de cada cuadro realizaba gran cantidad de dibujos preparatorios, de los cuales 140 se exponen en Róterdam.

Amigo de Miguel Ángel, Rafael y Leonardo

De los cuatro grandes maestros florentinos —Miguel Ángel, Rafael y Leonardo da Vinci eran los otros tres— fue el único que permaneció en la ciudad y, ante la marcha en 1506 hacia Milán y Roma de sus rivales, Bartolomeo se convirtió en el pintor más importante del gran vértice cultural apadrinado por los Médici durante la última década de su vida. Los cuatro grandes se conocían y apreciaban entre sí y era frecuente que se reunieran en el estudio de pintura del convento de San Marcos, dirigido desde 1504 por el dominico.

En la exposición de Róterdam se muestran la mitad de los 60 bocetos previos que dibujó para el espectacular fresco El juicio final, considerado su obra maestra y pintado a partir de 1499 para el para el Hospital de Santa Maria Nuova, el centro médico más antiguo de Florencia. El Boymans es dueño de la mayor colección del mundo de dibujos de Bartolomeo gracias a la donación, en 1940, de la antigua colección del florentino Maria Niccolò Gabburri (1676-1742).

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