La ciudad de Charlotte (EE UU) está en estado de emergencia tras su segunda noche de disturbios raciales en los que una persona resultó herida por impactos de bala y que finalmente falleció horas más tarde. Estos nuevos enfrentamientos fueron provocados por una nueva muerte de un aforamericano, Keith Lamont Scott, a tiros por agentes de la Policía.

El gobernador de Carolina del Norte, Pat McCrory, declaró este miércoles el estado de emergencia en la ciudad y ordenó el despliegue de la Guardia Nacional de Carolina del Norte, un cuerpo militar, para apoyar a la Policía de Charlotte a controlar la ciudad, que tiene unos 825.000 habitantes y un 35% de población negra.

Durante la noche de este miércoles, decenas de manifestantes se enfrentan en las calles de Charlotte con la Policía, que está lanzando gases, disparando proyectiles de goma y realizando múltiples detenciones.

Por lo menos siete policías y tres manifestantes -uno de ellos, el mencionado en estado crítico-, han sufrido heridas y han sido atendidos por los servicios médicos. La Alcaldía de Charlotte (EE UU) tuvo que rectificar sus primeras informaciones que apuntaban a que el herido de mayor gravedad había fallecido.

La Alcaldía de Charlotte aseguró en Twitter que los agente desplegados en la manifestación no efectuaron disparos de bala, por lo que el suceso en el que resultó gravemente herido esa persona fue entre civiles.

Estos disturbios llegan solo horas después de que la Policía abatiera a otro ciudadano negro en la ciudad de Tulsa, y de que EE UU viva un movimiento de rebeldía civil contra las muertes de decenas de negros desarmados por parte de los agentes de seguridad.

La tensión en Charlotte se palpaba desde horas de la tarde del martes, cuando unos policías mataron a Scott en el aparcamiento de un edificio de apartamentos ya que según ellos iba armado y "suponía una amenaza de muerte inminente" para los agentes.

"El sujeto salió del vehículo armado con una arma de fuego que suponía una amenaza de muerte inminente para los agentes, que seguidamente dispararon sus pistolas", informó la Policía de Charlotte en un comunicado. Los agentes habían acudido al edificio para ejecutar una orden de detención contra otro hombre, al que no encontraron.

Familiares de Scott negaron que el hombre fallecido estuviese armado y aseguraron que lo que sí llevaba era un libro que estaba leyendo mientras esperaba que un hijo suyo regresase de la escuela para recogerlo.

El policía que mató a Scott fue identificado como Brentley Vinson y, según medios locales, también es afroamericano.

La alcaldesa de Charlotte, la mayor ciudad de Carolina del Norte con más de 825.000 habitantes y un 35% de la población negra, Jennifer Roberts, dijo que la comunidad "merece respuestas" y prometió una "investigación completa".

Este caso llega rodeado de un clima de crispación racial que ha crecido en los últimos dos años por la muerte de decenas de afroamericanos a manos de policías blancos y días después de que una agente matase a un negro desarmado en Oklahoma -Terence Crutcher- en un acto que quedó registrado en vídeo.

En las protestas del martes los manifestantes llevaban carteles que rezaban: "Dejad de matarnos", "sin justicia no hay paz" o "las vidas de los negros también importan".