En la exposición, se muestran 126 obras entre pintura de mediano y gran formato, escultura y dibujo de pequeño formato, realizadas en los tres últimos años. En ella, se establece "una confrontación entre esculturas y pinturas, entre su mutación dimensional y su variedad iconográfica, entre su permeabilidad temática y su relatividad temporal".

En este sentido, los responsables forales han explicado que, aunque la escultura había marcado el inicio de la actividad artística de Ibarrola y posteriormente había creado esculturas a partir de elementos pintados en los cuadros, ahora extrapola las esculturas a las pinturas "en un diálogo de ida y vuelta".

"Si la utilización de objetos 'encontrados o reciclados' en sus esculturas responde a una elección estética, sobre cómo el tiempo y el azar interviene sobre esos objetos destilados por el uso, la historia o los elementos naturales, la aproximación respetuosa y crítica a un tiempo artístico como el Renacimiento desde la pintura es una apuesta por el reconocimiento frente a la mímesis", han relatado.

Con motivo de la exposición, se ha publicado un catálogo que documenta este último trabajo con textos del propio artista bilbaíno y de Maite Nájera Burón.