Es la misión de Luis Carlos Sanz, encargado desde hace 14 años de Calzados Urra, en la calle Ripa 4. Es la zapatería de toda la vida de Bilbao. Cuando abrió en los años treinta, a su mostrador arribaban baserritarras de las aldeas. Allí se surtían de alpargatas y albarcas por una buena temporada. Ya se sabe; Bilbao, feria y zapato. Primero el comercio estuvo junto al puente de El Arenal. Hoy aguarda en el ecuador de la calle.
Contraste
Actualmente es tienda especializada en calzado de montaña. El rutilante material de importación que vende Luis Carlos contrasta con lo castizo de su tienda. Las botas aguardan tras vitrinas de ésas que tienen un hueco para meter el dedo y abrir. Una escalera de carpintero sube a las baldas de arriba y el mostrador añejo hace ruido sordo al posar el calzado sobre él. Todo ello choca con los pretenciosos lemas anglosajones del material de montaña: «¡Nunca pares de explorar!», solicita un póster.
Luis Carlos trabaja de lunes a sábado, tiene 47 años y nunca coge vacaciones. Explica el porqué: «Yo aquí, feliz. Éste es mi sitio. Cliente a cliente. Día a día». Añade que al no tener jefe, ni compañeros impertinentes... está como en su hogar.
Y explica su trabajo: «Viene un cliente, y le pido información. ¿Para qué quiere las botas? ¿Dónde las va a usar? Yo la proceso, y le doy el mejor calzado». Se lo toma muy en serio.
Chancleta cangrejera, katiuska, albarca... Urra es la guardiana del léxico zapatero perdido. O en vías de extinción. Sí, aún existen las chancletas cangrejeras, las de río. Son como siempre. Prácticas, baratas y feas. De goma e incluso ridiculizantes. De las que dejan el pelo del empeine a la vista.
«Las usan los remeros, y las madres las compran cuando sus hijos van de colonias a Pedernales. Así el niño se puede bañar en el río», especifica el zapatero de montaña.
Él ya sabe que hay chancletas más bonitas y cómodas. De hecho, las vende. «Pero las de río son las que reconocen y confían en ellas. Quizá ninguna generación más lo haga», teme.
La moda le beneficia
Los grandes centros comerciales, los baserritarras reconvertidos en urbanitas... A Calzados Urra le crecen los enanos. Pero algo le ha venido bien. El calzado de montaña ha bajado a la ciudad. En una ciudad mojada y con una juventud gregaria, la ropa de alta montaña ha tomado el adoquín. La moda de las botas de trekking ha dado aire a una zapatería casi octogenaria.
Un solo calcetín, y otros consejos
La eterna duda: ¿Cuántos calcetines hay que llevar bajo unas botas de monte? «Uno, pero que sea de los especializados para la montaña», aclara Luis Carlos. Y, ¿para hacer montaña en Euskadi? «Bota que proteja el tobillo, y que tenga suela de buena marca». En Urra el cliente goza de la satisfacción de que todas sus dudas serán resueltas. En lo que a calzado de montaña se refiere. Y hay algún comprador distinto. Por ahí pasa algún joven que busca alpargatas de caña, que se han puesto de moda entre filo-surferos, e incluso algún baserritarra reminiscente a por sus albarcas.
Su historia
Nombre del comercio: Calzados Urra.
Nombre del encargado: Luis Carlos Sanz.
Fecha de fundación: 30 años
Productos a la venta: Calzado para montaña, chancletas, alpargatas, albarcas, calcetines, mochilas...
Ubicación: Calle Ripa, 4. Bilbao w teléfono 944 231 445
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