Cervantes no leyó a Shakespeare, pero ¿el inglés al madrileño, sí?

Comedias, Historias y Tragedias de William Shakespeare
Comedias, Historias y Tragedias de William Shakespeare
YALE UNIVERSITY
Comedias, Historias y Tragedias de William Shakespeare

Cervantes es a la lengua castellana lo que William Shakespeare a la inglesa. Durante años se especuló, incluso, que los dos titanes de la literatura universal fueron la misma persona.

Algunos aspectos contrastados han servido para alimentar estas teorías –por otra parte, descartadas por la mayoría de historiadores y filólogos–.

En primer lugar, no existe ningún retrato real de Cervantes. Todas sus representaciones parten de la descripción que el autor del Quijote hace sobre sí mismo en el prólogo de sus Novelas ejemplares.

Del mismo modo, hasta épocas recientes se extendió la idea de que ambos escritores murieron el mismo día, el 23 de abril de 1616. Sin embargo, sus respectivos fallecimientos no tuvieron tal concurrencia.

Cervantes pereció el día 22 de abril y fue enterrado al día siguiente –se cree que en una cripta del convento de las Trinitarias del Barrio de las Letras de Madrid–. Su funeral debió discurrir sin grandes pompas fúnebres ni homenajes. Tampoco existe una lápida recordatoria.

Shakespeare, en cambió, descansa en la iglesia Holy Trinity de la localidad de Stratford-upon-Avon (Birmingham), un lugar que se ha convertido en un auténtico centro de atracción turística. El autor de Romeo y Julieta murió el 3 de mayo. Entonces, ¿a qué se debe la confusión?

La respuesta es que en Inglaterra y en España regían calendarios diferentes. Las católicas autoridades españolas implantaron rápidamente –al igual que Italia y Francia– el nuevo calendario gregoriano, con 10 días de diferencia respecto al antiguo calendario juliano.

Los ingleses, recién escindidos de la doctrina vaticana, mantendrían vigente el calendario juliano hasta mediados del siglo XVIII.

Así, el Día Internacional del Libro, que pretendía homenajear a Cervantes y a Shakespeare el 23 de abril, se erigió sobre un error. O quizá no tanto, teniendo en cuenta que el Inca Garcilaso de la Vega, el "primer mestizo biológico y espiritual de América", sí terminó sus días en tal fecha.

La relación entre ambos autores

Pero, aun con todos los puntos sobre las íes –sobre las falsas similitudes–, sigue siendo objeto de estudio la relación entre Cervantes y Shakespeare. El crítico y teórico literario estadounidense Harold Bloom, a la sazón profesor de las universidades de Yale y Nueva York –además de declarado cervantista–, considera que "Cervantes era y es, con Shakespeare, el principal escritor occidental desde los antiguos y Dante. Creó tres caracteres permanentes: Sancho Panza, don Quijote y el propio Cervantes".

Un aspecto que sí parece probado es que hubo un día en el que Shakespeare decidió leer a Cervantes. Es más, no solo leyó la primera parte del Quijote –traducida al inglés por Thomas Shelton en 1612–, sino que le dejó un poso que le condujo a desarrollar el personaje quijotesco de Cardenio.

Desafortunadamente, se perdió la pista de este libro tras el incendio del teatro The Globe de Londres en 1613, y es una incógnita si existe algún ejemplar en paradero desconocido. Lo que ya no resulta tan verosímil es que Cervantes y Shakespeare se hubieran conocido o, menos todavía, que llegaran a departir en una taberna.

Es cierto que Miguel de Cervantes fue un gran viajero pero, por el contrario, no hay muchas evidencias de que William Shakespeare –acomodado y acaudalado– tuviera la necesidad o la inquietud de cruzar las fronteras de su país natal. Ni siquiera es posible constatar que Cervantes oyera hablar de su coetáneo inglés.

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