Mirando por el ojo de la cerradura de los talleres de Picasso, Ingres, Bacon, Koons, Barceló...

  • El Petit Palais de París reúne 400 fotos que permiten al visitante ser 'voyeur' de grandes artistas mientras trabajan en el espacio privado del estudio.
  • La exposición 'En el taller. El artista fotografiado de Ingres a Jeff Koons' relata también la amistad o los recelos de los pintores hacia los fotógrafos 'invasores'.
  • Del ambiente anárquico donde se movía Bacon, a la pulcra concepción de la 'oficina artística' de Jeff Koons, la muestra abarca los lugares donde se 'cocina' el arte.
André Villers retrata a Picasso en su estudio en 1955
André Villers  retrata a Picasso en su estudio en 1955
Photo © André Villers, Adagp, Paris 2016/Coll. Bibliothèque Nationale de France © Succession Picasso
André Villers retrata a Picasso en su estudio en 1955

Inmaculado o desordenado, generalmente amplio y con buena iluminación, el taller es espacio íntimo donde el creador se encierra con sus miedos y sus obsesiones, un lugar privado donde el talento transita de la mente abstracta del artista a la pieza tangible que observará el público. El museo parisino del Petit Palais invita al espectador a ejercer de voyeur y mirar por el ojo de la cerradura de los espacios creativos donde solo se permite el paso a las musas.

A través de 400 fotografías, la exposición Dans l'atelier. L'artiste photographié D'ingres à Jeff Koons (En el taller. El artista fotografiado de Ingres a Jeff Koons), que puede visitarse hasta el 17 de julio, propone un recorrido por los espacios donde los grandes creadores cocinan, se enfrentan al vacío del lienzo y perseveran en la búsqueda de la inspiración.

'Allanar' los talleres

"Cuando un fotógrafo entra en un estudio se produce una historia de creatividad, amistad, lucha y a veces envidia", explica Susana Gállego, una de las tres comisarias de una muestra donde se pueden "allanar" los talleres londinenses de Ron Mueck o Anish Kapoor, las parisinas estancias de Pablo Picasso o Pierre Soulages o los neoyorquinos retiros artísticos de Helmut Newton y Louise Bourgeois.

El recorrido fotográfico se ciñe a un orden temático y presenta espacios atiborrados por el imaginario del artista, donde se percibe la primacía de un orden íntimo entre pinceles, plumas, animales disecados, armas, plantas, telas, bustos, sofás y obra nueva, vieja o ajena.

El animalario de Barceló

Pese a todo, las diferencias son tan enormes como los estilos de los artistas: nada hay de similar entre la anárquica atmósfera donde Francis Bacon encontraba los impulsos para pintar con ferocidad, la pulcra concepción de la "oficina artística" de Jeff Koons, el animalario del que se rodea Miquel Barceló o los trapos que disfrazaban de desván desordenado el taller de Toulouse-Lautrec.

A las fotografías y negativos, la muestra añade algunos objetos para contextualizar las instantáneas, especialmente diarios y revistas, pues gran parte de la fotografía de artistas en sus estudios servía y sirve para ilustrar los artículos de prensa en los que se da a conocer nueva obra.

Círculo íntimo

A esa circunstancia se debe que la relación entre el fotógrafo que irrumpe en el taller y el artista que se refugia dentro no siempre sea sencilla, sobre todo si el encuentro es exclusivamente profesional. De ahí que las instantáneas con más matices son aquellas tomadas cuando el retratista proviene del círculo íntimo del creador.

El taller, subrayan los organizadores de la muestra, antes que un lugar de trabajo es un "espacio de vida" y cuando es un amigo el que se adentra en él es mas sencillo que en las imágenes aparezca el universo familiar del artista, como esposas, hijos o animales. Entrar en el refugio creativo de Henri Matisse es más sencillo de la mano de la fotógrafa Hélène Adant, prima de Lydia Delectorskaya, modelo, asistente y última musa del pintor.

También se aprecia más complicidad cuando existe un vínculo entre el artista y su modelo y ambos trabajan ante la cámara, como los casos de Giacometti pintando a su esposa Annette, o Chagall con Bella.

Mondrian, de riguroso traje

Los hay que se convierten en albañiles del arte, como Marlene Mocquet con su cigarrillo en los labios, sus cubos de pintura y sus vaqueros gastados, y los hay que solo se dejan retratar como auténticos dandis, como Nicolas de Staël con su pantalón negro y camisa blanca remangada o Mondrian, de riguroso traje.

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