Podemos afronta un Consejo Ciudadano decisivo en el que el debate se prevé caliente

  • El órgano de máxima dirección de la formación morada se reúne este sábado en Madrid para ratificar a Pablo Echenique como nuevo secretario de Orgnización.
  • Iglesias lo propuso tras destituir fulminantemente a Sergio Pascual, a quien responsabiliza de la crisis en Podemos Madrid.
  • A las diferencias entre las distintas corrientes dentro del partido se suman las críticas de quienes no comparten el cese de Pascual.
  • Además de la intervención de Iglesias y el documento que leerá Echenique, podrá intervenir todo el que quiera, con lo que se espera un debate intenso.
  • Pablo Iglesias, en una carta a sus militantes: "No hay facciones que compitan por el control".
Consejo ciudadano de Podemos.
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PODEMOS
Consejo ciudadano de Podemos.

Con un ojo en las negociaciones con el PSOE y otro en la crisis interna abierta tras las dimisiones en Madrid, con cese incluido, y el consiguiente distanciamiento entre el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y su número dos, Íñigo Errejón. Y todo ello con la posibilidad de una nueva convocatoria electoral a la vuelta de la esquina. Así afronta la formación morada su próximo Consejo Ciudadano estatal, su máximo órgano entre asambleas, en el que sus 62 miembros deben ratificar al nuevo secretario de Organización propuesto por Iglesias, Pablo Echenique, y donde el líder del partido pretende saldar diferencias, cerrar filas e inaugurar una nueva etapa en Podemos.

El cónclave se celebrará este sábado en Madrid a puerta cerrada y se prevé largo e intenso. Se sabe a qué hora comienza, a las 10 de la mañana, pero no a la que termina, aunque todos dan por hecho que no será antes de las siete u ocho de la tarde. En el orden del día figura una intervención de Iglesias, otra de Echenique, que leerá su propuesta como nuevo secretario de Organización tras la destitución de Sergio Pascual, y las votaciones, en las que además de los 62 del Consejo estatal participarán los secretario generales autonómicos. Serán 81 personas en total.

Y aunque la figura de Echenique, secretario general de Podemos en Aragón, genera consenso y lo previsto es que salga aprobado sin problemas, el debate de fondo se prevé profundo, en la medida en que los distintos miembros del Consejo, muchos de los cuales ya han manifestado sus discrepancias con algunas de las decisiones adoptadas por el secretario general, intervendrán para manifestarlas. Entre ellos estarán el propio Pascual, cuyo cese fulminante por parte de Iglesias provocó que Errejón, su gran valedor, se apartase de la esfera pública durante casi dos semanas, pero también varios de los 10 que dimitieron en la dirección de Podemos Madrid, a quienes se considera próximos a Errejón, y que tenían profundas diferencias con el líder del partido en la Comunidad de Madrid, Luis Alegre, hombre de confianza de Iglesias.

No serán los únicos dimitidos presentes. También pertenece al Consejo Ciudadano estatal Gemma Usabart, secretaria de Plurinacionalidad y Políticas Públicas para el Cambio de Podemos, que renunció como secretaria general de la formación en Cataluña tras las pasadas elecciones catalanas porque no compartía ni el tono ni la filosofía de la campaña electoral que se llevó a cabo entonces.

Entre los dirigentes del partido que se sentarán en Madrid hay numerosos afines a Errejón y al fulminado Sergio Pascual. La eurodiputada Tania González, la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, Auxiliadora Honorato, Sarah Bienzobas, Nagua Alba, Clara Serra, Alberto Montero o Jorge Moruno son algunos de los miembros del Consejo que están en la órbita de Errejón y Pascual.

"Habrá mucho debate interno y mucha harina que cortar", reconocen fuentes oficiales del partido, que atraviesa uno de los momentos más delicados desde su fundación tras la acumulación de conflictos territoriales en Cataluña, Galicia, Euskadi, Cantabria y la Comunidad de Madrid. Las crisis gallega y vasca estallaron porque los dirigentes locales sentían que tenían muy escasa capacidad de decisión frente a la Ejecutiva estatal, que a su juicio les marcaba el paso con mano de hierro. En Madrid, en cambio, el contexto es diferente, ya que ha puesto en evidencia diferencias entre distintos sectores que tienen como referencia a Iglesias o a Errejón y que, a juicio de algunos, esconde un debate sobre a dónde tiene que ir el partido.

Debate organizativo... ¿Y político?

La dirección de Podemos no quiere abrir aún ese melón e insiste en que el debate será organizativo y no político. Así lo quiso dejar claro hace una semana el secretario general cuando se reunió con los líderes autonómicos para comunicarles su propuesta de nombrar a Echenique, que en su día fue de los más críticos con Iglesias, como nuevo número 3 del partido al frente de la Secretaría de Organización. Un puesto clave para controlar el aparato del partido y la relación con los territorios y que, tras caer su mano derecha, resta poder orgánico a Errejón.

El número dos llega además debilitado al Consejo Ciudadano porque Iglesias, tras su reunión del miércoles con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, anunció que se pondría él mismo a la cabeza del equipo negociador, un puesto que hasta ahora ocupaba Errejón. También se supo este jueves que Iglesias no consultó a su secretario político las cesiones que anunció tras el encuentro con Sánchez, entre ellas su renuncia a un puesto en un posible Gobierno de coalición, una decisión que adoptó junto a su equipo más próximo.

 De puertas afuera, todos en la cúpula admiten discrepancias organizativas y tácticas, pero niegan "difererencias políticas e ideológicas". Son muchos lo que, como la reciente secretaria general de Podemos en el País Vasco, Nagua Alba, critican las formas en las que Iglesias, en el ejercicio de sus atribuciones como secretario general, fulminó a Pascual con un comunicado muy crítico hacia su gestión. Consideran, como dijo Alba, que "no se puede achacar una crisis a una sola persona" y ven "un debate de fondo". Otros muchos, en cambio, estiman que Iglesias hizo lo que tenía que hacer para "no acabar como simple referente mediático en manos de un ejército de otro", según fuentes del entorno del partido.

"De alguna manera, se abre una nueva época en Podemos. Podemos se ha tenido que construir afrontando muchos retos electorales", afirmó Iglesias ante sus secretario autonómicos hace una semana, y describió brevemente las características de esa nueva etapa: "Mayor protagonismo de los territorios, mayor democratización y más dispositivos participativos". En su opinión, "la persona de Pablo {Echenique} encarna las características para estar al frente de esta nueva etapa".

Una figura de consenso

Los críticos de Iglesias esperaban que pusiera al frente de la Secretaría de Organización a alguien de su círculo de confianza, pero en su lugar, el líder de Podemos apostó por una figura transversal y de consenso, que en la Asamblea fundacional de Podemos, en Vistalegre, lideró la oposición a Iglesias y a su equipo junto a la líder del partido en Andalucía, Teresa Rodríguez. Echenique es una figura muy apreciada y respetada dentro de todo el partido, y Errejón ya ha dicho que piensa apoyarlo y votar a favor, a pesar de que el aragonés defiende un sistema de organización que dista bastante de las ideas del número dos y está más cerca al sector de Anticapitalistas, más rupturistas.

Errejón, por su parte, en su reaparición pública el pasado martes tras 13 días desaparecido, anunció que él defenderá en el Consejo Ciudadano su visión de lo que debe ser el partido, que a su juicio debe caminar hacia un modelo "federal y descentralizado".  Podemos "debe transformarse", dijo, y pasar de ser "una máquina de guerra electoral" a un "movimiento popular más sosegado". "Ese modelo organizativo deber reconvertirse. Necesitaremos un instrumento organizativo para un ciclo político más pausado", afirmó.

Echenique ya ha adelantado que su mandato tendrá dos pilares, la participación y la "descentralización" del partido, recuperando los círculos y potenciando las autonomías. En este sentido, el también diputado aragonés ha informado de que tiene intención de llevarse la Secretaría de Organización a Aragón. Algo que, que en palabras de Errejón, servirá para desmadrileñizar la organización". El debate, pues, está servido. Habrá que ver hasta dónde llega.

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