Ni exceso de optimismo, ni ocultación de la realidad. El Gobierno rechaza ambas opciones y ha achacado este jueves el exceso de déficit con el que han cerrado las Administraciones en 2015 —varias veces negado en los últimos meses—, a que los objetivos deben ser "optimistas". Una ambición que no ha evitado a Montoro señalar a las comunidades como culpables de un desvío que se ha elevado al 5,16% del PIB, más de 10.000 millones de euros.

"La autonomías han tenido la responsabilidad del desvío, no han hecho lo que debían hacer", comentó en rueda de prensa Cristóbal Montoro, para justificar que el desfase en las cuentas públicas españoles haya superado casi un punto el tope (4,2%) que se pactó con Bruselas. "Es un porcentaje calaramente insuficiente con nuestros compromisos", añadió el ministro de Hacienda en funciones.

Las cuentas, efectivamente, señalan a las comunidades autónomas como responsables del desvío. Mientras que la Administración Central cerró el ejercicio con un desfase de 0,22 puntos inferior al comprometido y los Ayuntamientos incluso mostraron un superávit del 0,44% de su presupuesto, la Seguridad Social y las Comunidades suspendieron al consolidar sus balances en 0,66 y 0,96 puntos, respetivamente.

Montoro defiende que el desvío de la Seguridad Social importa menos, porque se podría haber compensado con el buen comportamiento de Estado y Ayuntamientos. El problema, lo más "sustantivo", en palabras del propio ministro, son las autonomías. Apenas tres (Canarias, Galicia y País Vasco) han cumplido su tope del 0,7%. El resto, fracasa en su meta. Y cinco —Cataluña, Extremadura, C. Valenciana, Murcia y Aragón— se desvían más de dos puntos.

"Quienes no han cumplido, sus razones tendrán", ha criticado Montoro tras señalar a Cataluña y Comunidad Valenciana como responsables de más de la mitad de la desviación. "Hay tres comunidades que sí han cumplido con el déficit y además han crecido más que los demás. Eso demuestra que 0,7% de déficit se podía cumplir y que no por reducir el déficit se crece menos".

Montoro ha explicado que el origen del desvío también se ha debido a la financiación del tratamiento de la hepatitis C (1.090 millones, una décima en el desvío) y los contratos que Cataluña y Zaragoza no habían contabilizado en 2014 como públicos (estimados por el Gobierno en tres décimas de aportación en el desfase). Y apunta a que las elecciones autonómicas "han tenido una importancia vital" en el incumplimiento.

El desvío no ha supuesto una sopresa. Bruselas ha reprendido al Gobierno en cada informe para que atajara el exceso previsto y la propia Autoridad Fiscal española, dependiente del propio ministerio, avisó durante meses del exceso de déficit que se estaba generando en las regiones. "España siempre acaba cumpliendo", era la contestación habitual del Ejecutivo. Una aseveración irreal, porque el Gobierno ha incumplido su presupuesto de déficit en los últimos cuatro años.

Moscovici estimó a principios de octubre que España cerraría el año en un -4,5%, tres décimas sobre el límite. El anunció indignó al Gobierno, que sugirió que el comisario socialista pretendía hacer electoralismo antes de las elecciones del 20-D. La cifra avanzada por Moscovici, sin embargo, se confirmó días después.

En diciembre la previsión de la Comisión era incluso peor: 4,8%, seis décimas más del límite. Y solo en febrero, después de las elecciones, Rajoy admitió que se iba a incumplir el déficit. Cerraría en el 4,5%, dijo. Bastante lejos de la cifra que ofreció ayer Hacienda y que cifra en más de 50.000 millones el exceso de gasto presupuestario.

"El presidente no tiene ningún tipo de información, hizo una referencia genérica", contestó ayer Montoro cuando se le preguntó cómo era posible que en apenas mes y medio, la cifra de déficit haya crecido casi siete décimas hasta un 5,16%, un cifra que superar cualquier previsión de cualquier organismo. Ni la Comisión Europea, ni el FMI ni la OCDE habían imaginado un desfase semejante.

"Ha sido una gran sorpresa, la cifra es todavía mayor a la que preveíamos", indica el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis. "Confirma nuestras preocupaciones sobre España", dijo por su parte Moscovici.

"¿Ocultación? En absoluto, pero es un país complicado por la existencia de varias administraciones", ha justificado el ministro Montoro. La oposición no le cree. Tras conocer la cifra definitiva de déficit, el responsable económico del PSOE, Jordi Sevilla, ha acusado al PP de mentir, ha puesto en duda los datos y anuncia que pedirá a la AIReF una auditoria para conocer "la situación real de la herencia presupuestaria que deja el Gobierno".

El Gobierno, actualmente en funciones, prepara el documento con las medidas que Bruselas exigió el pasado 9 de marzo. Montoro asegura que "no va a pedir más recortes a las autonomías" y que los 10.000 millones de déficit regional en 2015 se enjugará simplemente urgiendolas  a aplicar la "regla de gasto", que impide que éste aumente más que el crecimiento potencial de la economía.

Montoro ha enviado ya una carta a las regiones en la que les insta a que refrenden un "acuerdo de no disponibilidad". Eso significa en la práctica que la financiación que reciban en 2016 del Estado no pueda dedicarse a incrementar el gasto, sino a financiar las partidas ya presupuestadas. "Las Comunidades no pueden gastarse ya lo que no tienene y luego pensar, ¡alguien me financiará!", asegura el ministro.

El Gobierno, sin embargo, no ha variado el objetivo de déficit del 2,8% para 2016, aunque según Montoro su propuesta para Bruselas es flexibilizar la senda de correción del déficit. Una petición a la que se une el resto de los grupos políticios. "Nos hubiera gustado cumplir el objetivo 'a la décima', pero la vida siempre te relativiza".

La Comisión Europea, que recibirá el plan de actuación español durante el mes de abril, esperará a que Eurostat valide los datos antes de pronunciarse sobre el desvío. "Esos datos se publicarán el 21 de abril, son los que nos valen y desde ahí veremos", afirmó en una rueda de prensa el portavoz comunitario Alexander Winterstein.