Los centros hospitalarios de Castilla y León atendieron 424 casos de glaucoma el pasado año, con León como la provincia que registra mayor número de personas atendidas con esta patología, 124 —107 en el Centro Asistencial de León y 17 en el Hospital El Bierzo—, según los datos facilitados por la consejería de Sanidad a Europa Press.

Valladolid se sitúa en segunda posición con 114 —38 en el Hospital Universitario Río Hortega y 76 en el Hospital Clínico Universitario—; en la provincia de Burgos se trataron 74 casos —10 en el Hospital Santiago Apóstol y 64 en el Centro Asistencial de Burgos—.

Además, el Centro Asistencial de Segovia contabilizó 32 pacientes, el Centro Asistencial de Zamora 20, el Centro Asistencial de Salamanca registró 19, el de Palencia 18, Ávila 17, Soria 6 y por último el Hospital Comarcal de Medina del Campo (Valladolid) que no registró ningún caso.

Se trata de una neuropatía progresiva, es decir, una lesión del nervio óptico que es el encargado de transmitir la visión al cerebro, cuyo factor de riesgo más importante para padecerla es tener la presión intraocular elevada.

El próximo sábado 12 de marzo se celebra el 'Día Mundial del Glaucoma', una patología que es la segunda causa mundial de ceguera. El médico especialista en oftalmología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, el doctor José Ramón Juberías Sánchez, ha indicado a Europa Press que es el "responsable del 15 por ciento de todas las causas de ceguera en el mundo".

Esta enfermedad es asintomática y es en fases finales de la misma cuando se produce una disminución de la agudeza visual, que "es cuando ya se ha perdido una porción muy importante del campo visual", ha indicado el doctor Juberías.

No existe un prototipo de persona que sea propensa a padecer esta patología, aunque los familiares de pacientes de glaucoma, "tiene un mayor riesgo", ha reconocido el doctor.

Asimismo, tiene un componente hereditario, aunque como ha reconocido el doctor, "la herencia es compleja y no está ligada a un único gen". El familiar de primer grado con un paciente con glaucoma, tiene diez veces más posibilidades de padecerlo.

Los principales factores de riesgo se sitúan en tener una edad avanzada, la presión intraocular elevada, la miopía o tener un antecedente familiar, a pesar de ello, el especialista en oftalmología ha indicado que no se debe alarmar a la población y ha dejado claro "que las personas con estas características no tienen por qué desarrollar en absoluto obligatoriamente glaucoma".

Aunque no existe un perfil definido de personas que puedan sufrir glaucoma, aunque a partir de los 40 años hay que estar vigilantes y realizar revisiones periódicas, también hay descritos casos de glaucomas congénitos, infantiles y juveniles, aunque éstos son los menos frecuentes.

Existen diferentes tipos, aunque el más frecuente es el denominado glaucoma primario de ángulo abierto, por eso hoy en día se habla de neuropatía óptica glaucomatosa como término general para englobar a todos ellos.

DETECCIÓN,

Tratamiento y prevención

La toma de la presión intraocular es la prueba para detectar si se padece esta enfermedad, no obstante, una cifra alta debería confirmar con pruebas específicas que valoran, entre otras, la estructura y la función del nervio óptico.

Aunque se da la paradoja, tal y como ha reconocido el doctor, "hay muchas personas con la presión intraocular alta que no desarrollan nunca esta patología y otras que aun teniéndola en valores normales, sí lo padecen".

Esta bajada de presión intraocular se puede realizar mediante fármacos, que habitualmente son gotas administradas en los ojos. Si esto no fuera suficiente o no se tolera se pueden realizar otros tratamientos como el láser o la cirugía.

El objetivo del mismo es prevenir la progresión del glaucoma y que el paciente conserve "una visión adecuada para sus actividades cotidianas durante toda su vida". "Un glaucoma no tratado puede desembocar en una ceguera bilateral irreversible al cabo de los años", ha manifestado Juberías.

Por todo ello, el doctor recuerda que la mejor prevención es una revisión oftalmológica periódica para "valorar el estado de la presión intraocular". "El fin del diagnóstico y del tratamiento del glaucoma es que el paciente mantenga un daño de su nervio óptico lo menos posible, de tal forma que no afecte a su capacidad para desenvolverse en su vida diaria", ha concluido.