El arzobispo de Toledo y Primado de España, Braulio Rodríguez, recuerda algunos contenidos de la Doctrina Social de la Iglesia en el ámbito de la vida pública y para afirmar que la actividad política ha "de tener en cuenta" cosas como la dignidad de la persona, la libertad de conciencia y religiosa y el derecho de los padres a educar a sus hijos como ellos quieran y elijan" y fundamentarse "en la verdad".

En su escrito semanal para este domingo, 28 de febrero, recogido por Europa Press, el arzobispo defiende que la actividad política también debe recoger "si se trabaja por el bien común y se evita el puro interés e ideología de grupo y si se evita el escándalo de hacer del adversario político un enemigo personal a eliminar socialmente".

"Es éste un listón demasiado alto para muchos, pero condición necesaria si queremos una verdadera democracia, fundada en la verdad de las cosas y no en la mentira partidista", explica monseñor Rodríguez, que afirma que "en los momentos que la sociedad española está viviendo de incertidumbres, inquietudes sociales, gobierno en funciones, negociaciones para decidir qué vendrá después", no se le ocurre dar recetas o consejos de actuación política para los católicos pero sí "mostrar principios de la Doctrina Social de la Iglesia, que ayuden a tener criterios de actuación".

El arzobispo de Toledo se pregunta si que la sociedad española "tiene claro en estos momentos esos principios morales objetivos" y si lo tienen claro los políticos, asegurando que política y fe "no necesariamente" están enfrentadas aunque entre ambas "no hay una entera coincidencia, y en ocasiones muy poca".

"Los cristianos como miembros de la sociedad y de sus instituciones, intervienen en política como cualquier otro. Pero han de tener en cuenta las sugerencias, aspiraciones y valoraciones morales que nacen de su fe cristiana, porque algunos asuntos de la vida social pertenecen a la vez a la esfera de lo político y a la esfera de lo religioso o lo moral", indica monseñor Rodríguez.

El arzobispo finaliza su escrito preguntándose si los políticos "tienen en cuenta estas características de la actividad política, no partidaria". "Confieso que muchas veces parece que no es así, creando problemas innecesarios a la sociedad civil", concluye.