La concejal delegada madrileña de Cultura y Deportes, Celia Mayer, ha afirmado hoy que en política, al igual que en la vida, "los errores son cotidianos", y ha dicho que la diferencia entre el Gobierno del PP y el de Ahora Madrid es que el actual equipo los reconoce y asume responsabilidades.

Celia Mayer se ha pronunciado así durante su comparecencia ante el Pleno municipal a petición de Ciudadanos para presentar las líneas estratégicas del área que dirige, después de los errores cometidos en la aplicación de la ley de memoria histórica -el Ayuntamiento tuvo que reponer tres vestigios retirados- y la programación del Carnaval, que llevaron a la alcaldesa, Manuela Carmena, a plantear una remodelación del área para reforzarla.

"En la vida cotidiana se cometen errores. Les pasó a ustedes, ¿o acaso les tengo que recordar que desaparecieron doscientas obras de arte con siglos de historia?", ha dicho Celia Mayer a los concejales del PP, a quienes también ha recordado la denuncia que interpuso una asociación por una obra en el Fernán Gómez con comentarios sobre "sexo oral y marihuana".

"A mí me llama mucho la atención que critiquen ustedes el traje de los Reyes Magos cuando sus cabalgatas están investigadas en la Púnica", ha espetado además Celia Mayer al PP en referencia a sus quejas por el desfile de los Reyes Magos.

La delegada de Cultura ha respondido de este modo a las críticas unánimes de la oposición, que, además de sus desatinos, le ha afeado su falta de proyecto y la politización de la cultura, argumentos compartidos por el PP, Ciudadanos y el PSOE, el socio de investidura de Ahora Madrid, que en las pasadas semanas ha pedido la dimisión de la delegada.

Un día antes de que se debata en el Pleno la reprobación de Celia Mayer propuesta por el PP, la portavoz del PSOE en materia de Cultura, Mar Espinar, ha acusado a la delegada de haber generado un "caos" y de haber implantado una politización de la cultura como consecuencia de su ideología "cerrada, impermeable y llena de dogmas".

"Ha guillotinado a los directores de los centros culturales que no piensan como usted", "no ha entendido la apuesta que hizo el PSOE con ustedes" y "se ha metido en un bucle de meteduras de pata del que no sabe salir", han sido algunas de las frases que la socialista ha dedicado a Celia Mayer, además de añadir que le tranquiliza que en Ahora Madrid ya "empiecen a ver la situación urgente en que se encuentra la cultura".

A los concejales del PSOE se ha dirigido Isabel Rosell del Partido Popular para preguntarles si mañana se iban a mantener en su argumento de pedir la dimisión de Celia Mayer o si, por el contrario, girarían "como una veleta" con el objetivo de contentar a la alcaldesa Manuela Carmena votando en contra de la propuesta del PP.

"Lo siento por aquellos que defendieron en campaña que la cultura es uno de los ejes de Madrid, señor Carmona", ha dicho Isabel Rosell citando expresamente al exportavoz del PSOE Antonio Miguel Carmona, crítico en ocasiones con la línea oficial de su formación en Madrid.

También desde Ciudadanos, la concejal Sofía Miranda ha recordado a Mayer que los teatros públicos "no son la plataforma desde la que impulsar discursos ideológicos", ha reivindicado una programación presidida por el requisito básico de la "calidad" y ha pedido que contrate "profesionales" aunque estén alejados de su "cuerda ideológica".

La delegada ha pedido "seriedad" a la oposición y "respeto" a los trabajadores de su área, todos ellos "con una carrera intachable", según ha dicho, y ha sacado pecho de la rapidez con que corrigió sus errores en referencia a la reposición "en un día" de una placa que recordaba a ocho carmelitas asesinados retirada por error cuando ni siquiera incumplía la ley de memoria histórica.

El Ayuntamiento de Madrid programó con motivo del Carnaval un espectáculo de marionetas en horario infantil en el que se escenificaron acciones violentas como el ahorcamiento de un guiñol vestido de juez, el apuñalamiento de un policía o la violación de una monja y se exhibió una pancarta con el lema "Gora Alka-Eta", lo que llevó a dos titiriteros a prisión, acusados de exaltación del terrorismo.