Los problemas del Puente del Biutz, la frontera ilegal del sur de Europa

Miles de porteadores atraviesan a diario el Puente del Biutz
Miles de porteadores atraviesan a diario el Puente del Biutz
CRISTINA CHASCO
Miles de porteadores atraviesan a diario el Puente del Biutz

Son las 7.00 horas y aún no ha amanecido en Ceuta cuando muchos porteadores, hombres y mujeres, esperan ya a la entrada del Puente del Biutz, con sus enormes y pesados paquetes de mercancías atados a sus espaldas para transportarlos así hasta territorio marroquí.

Este camino lo hacen partiendo desde el Polígono Industrial del Tarajal que alberga una puerta a través de la cual cruzan un enorme muro que separa España de Marruecos. Estamos en la frontera sur de Europa, donde sin aduana, sin aranceles y sin control alguno, miles de personas exportan a diario volúmenes incontables de mercancía.

Antes de que la puerta del Biutz se abra, los porteadores, llegados a Ceuta a través de la frontera legal del Tarajal, comienzan a tomar posiciones en lo que tratan de ser ordenadas filas. Dos para los hombres y dos para las mujeres. Cuanto más adelante se sitúen antes realizarán el primer viaje y antes también podrán emprender el camino de vuelta para cargar un nuevo ‘bulto'.

Mulos de carga

Miles de marroquíes se ganan así la vida, ejerciendo de mulos de carga con mercancías que se adquieren en Ceuta y se venden en el país vecino. Por cada paquete, en los que suelen portar ropa, productos de limpieza, comida, etcétera, pueden recibir alrededor de 50 dirham (cinco euros). No existen distinciones de tamaño entre los ‘bultos' que portan hombres y mujeres, así, estas personas cargan a diario y durante varios viajes, paquetes cuyo peso oscila entre los 80 y los 100 kilos.

El proceso es simple: antes de que amanezca los porteadores salen de sus domicilios, en distintas zonas de Marruecos, llegan a Ceuta a través de la frontera del Tarajal, acceden al polígono del mismo nombre, cargan los ‘bultos' y regresan a Marruecos a través del puente del Biutz.

Cuantas más veces realicen esta operación entre las 7.00 y las 13.00 horas, franja en la que permanece abierto el paso, más ingresos obtendrán.

El trayecto no es fácil ya que al peso de los paquetes, y las aglomeraciones que sufren cuando caminan por un carril metálico que les conduce durante buena parte de su viaje hay que sumar los robos y los sobornos de los aduaneros marroquíes.

Los incidentes se suceden a diario en el trayecto por esa angosta jaula que hace de pasillo y en la que las punzadas con armas blancas y los apuñalamientos son el pan de cada día.

Aduana

Además, cuando los porteadores están casi al final del camino, tienen que bregar con los aduaneros marroquíes que les quitan parte de la mercancía que transportan o les piden dinero a cambio de dejarles continuar. La ley del más fuerte es la que impera en este punto del camino y la fuerza la dan los galones de un uniforme.

Este paso del Biutz se abrió en julio de 2005 porque la frontera no absorbía el enorme volumen de personas con mercancía que circula a lo largo del día entre Ceuta y Marruecos y ahora se ha convertido en la única puerta entre ambos países para los porteadores, lo que genera problemas en múltiples aspectos.

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