La tregua de los termómetros ha arrastrado hasta Compostela a centenares de turistas que eligen la costa gallega para veranear, informa El Correo Gallego . En los principales accesos a la capital gallega se produjeron ayer importantes retenciones y apenas había un hueco para aparcar en el centro urbano.

Una jornada de tráfico récord, según estimaciones de la propia Policía Local. En el casco histórico no cabía ni un alfiler. Además de la Catedral, museos, terrazas y tiendas de souvenirs registraron una afluencia masiva de visitantes durante toda la jornada.

Pese al notorio desplazamiento de los que veranean en pueblos del litoral, muchos de los que se acercan a conocer la capital gallega en estas fechas optan por alojarse en la ciudad. A falta de conocer los datos definitivos, hostelería constata que las previsiones para agosto son inmejorables.

Aunque la temporada estival arrancaba con resultados más bajos que en 2006, el sector confía en equilibrar el balance con la avalancha turística estimada para este mes.

Los establecimientos de máxima categoría esperan alcanzar el punto más álgido esta misma semana, coincidiendo con el puente de San Roque. Si cumplen las expectativas, en los próximos días apenas quedará una cama libre en la ciudad.

Compostela se consolida como referente turístico internacional y, como factor añadido, el Camino ha conseguido popularizarse como una alternativa de ocio más o menos desvinculada de la celebración del Año Santo.

Sin ir más lejos, las estadísticas que registra estos días la Oficina del Peregrino superan con creces los niveles alcanzados en el mismo período del ejercicio anterior. La pasada semana la entidad de la Rúa do Vilar entregó la cifra récord de 7.209 compostelas. El sábado fue la jornada con más actividad de todo el año, ya que se repartieron 1.500 acreditaciones, según los datos facilitados a este periódico por la oficina.

Sin embargo, en el ejercicio anterior no se llegó a superar la marca de 1.200 en un solo día. Las mismas fuentes indican que la afluencia de peregrinos ha ido in crescendo a lo largo de todo el mes, pues a principios de agosto se entregaba una media diaria de 500 compostelas y la previsión era cerrar la jornada de ayer con 900.

Además, debido a la avalancha de peregrinos, la entidad se ha visto obligada a flexibilizar el horario para intentar atender a todos los visitantes. Hasta la oficina han llegado este verano grupos procedentes de Eslovaquia, Corea y Argentina.

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