Las mismas fuentes agregaron que las autopsias se practicaron entre las seis y las ocho de la tarde del lunes en el tanatorio municipal de Guadalajara, y precisaron que sus resultados demuestran que las cuatro personas murieron por la misma causa.
Añadieron que dentro de las fosas sépticas se acumulan gases pesados que desplazan el oxígeno hacia arriba, y, cuando éste es insuficiente, puede causar la muerte por asfixia a quienes estén dentro.
Una vez practicadas las autopsias, los cuerpos fueron entregados a las familias, que aún velan los cadáveres a la espera de que esta tarde sean enterrados en Boadilla del Monte (Madrid), en el caso del dueño de la empresa, Francisco del Olmo, y de su hijo Antonio, e incinerados en el tanatorio de la M-30, en el caso de José Carlos Hernández y su esposa Cristina Clemente.
La tragedia comenzó cuando Antonio del Olmo abrió por causas que aún se desconocen la fosa séptica y se desvaneció dentro, lo que hizo que su padre tratara de socorrerle, corriendo la misma suerte. Poco después entró en la fosa José Carlos Hernández, que también sufrió los efectos de la falta de oxígeno, al igual que le ocurrió en último lugar a su esposa Cristina.
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