La ciudad natal del dadaísmo, Zürich, reconstruye el proyecto inédito de Tzara 'Dadaglobe'

  • Reúne por primera vez las 200 obras enviadas al 'padre' del dadaísmo por artistas de varios países y nunca publicadas o exhibidas en conjunto.
  • La exposición celebra el centenario de la vanguardia más procaz de la historia, la que proponía dinamitar los cánones y 'mear y cagar en colores diferentes'.
  • Coorganizada por el MoMA y la Kuntshaus de Zürich, viajará luego a Nueva York.
Obra de Raoul Hausmann para 'Dadaglobe'
Obra de Raoul Hausmann para 'Dadaglobe'
Berlinische Galerie, Berlin © 2015 ProLitteris, Zurich
Obra de Raoul Hausmann para 'Dadaglobe'

Como sostiene el crítico e historiador Greil Marcus en Rastros de carmín, un libro que pretende trazar la "historia secreta del siglo XX", el dadaísmo, la más procaz e insolente de las vanguardias artísticas, se ha convertido en una "leyenda de libertad" que atraviesa los últimos cien años, dejando en cada vanguardia, en cada manifestación artística fanática o contundente, desde el situacionismo al punk, las señas iniciales de la escuela: exigir una transformación de la vida sin la cual la creación es imposible y cometer un atentado destructor contra cada canon, regla o convención.

El rumano escritor de genealogía judía que ha pasado a los libros de historia como padre del dadaísmo, Tristán Tzara (1896-1963), cifró las pretensiones mejor que nadie: "Exijo el derecho a mear y cagar en colores diferentes".

'Locura indomable'

El centenario de la fundación del dadaísmo tiene su momento museístico cumbre en Dadaglobe, una exposición para la que Tzara reunió material en 1921 pero que nunca llegó a exhibir. La muestra es reconstruida ahora por primera vez en la Kunstahaus de la ciudad suiza de Zürich, cuna natal en 1916 de la vanguardia que reclamaba la "locura indomable", ridiculizaba las veleidades de los artistas de narices estiradas y obras pretenciosas como "diarrea confitada" y exigía con ansias libertarias que el mundo fuese "una Atenas, una Florencia, de la que nadie será excluido".

Desde el cinco de febrero y hasta el uno de mayo, el museo público de la ciudad del Cabaret Voltaire, donde una pandilla de artistas, agitadores, diletantes y lunáticos, parieron a Dadá —el local sigue existiendo, aunque se ha convertido en poco menos que una quincalla para excursiones de turistas— programa la muestra que Tzara no logró editar o exponer, como era su intención inicial. Son 200 obras y textos de 40 artistas firmados por algunos de los artistas más vivaces, incisivos y desvergonzados de su tiempo.

En Nueva York de junio a septiembre

La exposición, coorganizada por la pinacoteca suiza y el MoMA de Nueva York, viajará en verano a la ciudad estadounidense, donde está anunciada, en los respetados salones del museo de referencia del arte moderno en el que nunca soñaron —ni hubiesen querido— entrar los dadaístas, entre el 12 de junio y el 18 de septiembre.

Con el tiempo Dadaglobe se ha convertido en un proyecto "legendario y misterioso" y uno de los movimientos más ambiciosos del grupo de vanguardistas. Convencido que la esencia del movimiento estaba en la obra gráfica —poesía visual, pintura, fotografía, fotomontajes y collages...—, Tzara planeaba un libro-antología con un centenar de piezas escritas y otras tantas pintadas, dibujadas o construidas con retazos. Pensaba editar la obra en 1921, pero la falta de fondos y los tiempos arduos de la Europa de entreguerras le obligaron abandonar la iniciativa.

Pionera iniciativa de arte postal

Había pedido y recibido colaboraciones de algunos de los artistas más notables de las células dadaístas que habían brotado en ciudades de siete países, entre ellas París, Berlín y Nueva York. Recibió entusiasmadas respuestas de creadores como Hans Arp, André Breton, Max Ernst, Hannah Höch, Sophie Taeuber-Arp, Francis Picabia, Johannes Baader y Johannes Theodor Baargeld. Los envíos, casi siempre por correo —lo que coloca la iniciativa entre las pioneras del arte postal (mail-art)—, fueron de obras de pequeño formato donde los artistas daban rienda suelta a una naturalidad inconsciente, flamígera y libre.

Desde el museo suizo opinan que la muestra "rellena un vacío" y permite disfrutar de una "obra magna" del arte de vanguardia del siglo XX. La reconstrucción de la obra "vuelve a colocar en en centro de atención a este inquieto y prácticamente inclasificable movimiento" que redactó "un capítulo de suma importancia en la historia de la modernidad".

Escándalo, insultos y desprecio

La muestra, integrada por préstamos de colecciones públicas y privadas de Europa y los EE UU. Son especialmente notables los "tesoros" de la Bibliothèque Littéraire Jacques Doucet, depositada en la Sorbona de París por el gran mecenas y cultivado coleccionista Jacques Doucet (1853-1929), uno de los pocos intelectuales que entendió la importancia de los postulados dadaístas, tomados con escándalo, insultos y desprecio por la crítica y el público.

Para reparar la injusticia de que el libro que soñó Tzara nunca llegase a la imprenta, los promotores de la exposición editan ahora el catálogo Dadaglobe Reconstructed (Dadaglobe reconstruido), que publica la editorial suiza Scheidegger & Spiess [304 páginas y un PVP de 58 euros]. Incluye todas las obras de la exposición y varios estudios históricos y ensayos analíticos de estudiosos, críticos y conservadores de arte.

Dadaglobe forma parte de los actos de celebración del centenario, que también incluyen la digitalización del archivo más amplio del mundo sobre la escuela, actividades festivas organizadas por la ciudad y un "concurso de disfraces y baile dadaístas" el 13 y 14 de febrero con la inscripción todavía abierta.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento