Valvanera Ulargui es la directora de la oficina española de cambio climático (OECC). Ahora está en París —en la cumbre del clima, que este martes comienza a negociar tras el impulso de los líderes— pero antes de marchar contestó a las preguntas de 20minutos sobre las aspiraciones españolas de cara a esta cita crucial para afrontar el que ha sido calificado como el mayor desafío de la humanidad.

¿Que le gustaría que ocurriera en la cumbre del clima de París?

Me encantaría que tuviéramos un acuerdo jurídicamente vinculante que fuese el punto de partida para la transformación hacia un modelo bajo en emisiones en el que todos los países se comprometiesen de manera colectiva.

¿Qué ocurrirá?

Bueno yo creo que el marco global para conseguir este cambio de patrones está al alcance de la COP21. Lo que tendremos que ver es hasta donde llegamos en la ambición del mismo.

¿En qué ha consistido su trabajo al frente de la oficina española?

Hemos trabajado mucho en los grupos de la Unión Europea. La delegación ha tenido una posición de liderazgo para conseguir elaborar los puntos que queremos presentar los 28 estados miembros en la cumbre. Estos puntos los hemos presentado en los grupos de negociación dónde ha quedado claro que la UE aspira a un acuerdo que respete los dos grados centígrados con una senda en el corto y medio plazo que nos ayude a conseguir este objetivo.

Explíquele a la gente que hacemos una cumbre para que no suba la temperatura y, sin embargo, vamos a seguir aumentando las emisiones de gases de efecto invernadero.

Lo que estamos gestionando es no aumentar la temperatura en más de dos grados, que es el máximo riesgo climático que los centíficos nos han dicho que el planeta pueda aguantar, porque si no los impactos en la salud, en la biodiversidad y en la economía van a ser irreversibles. Las emisiones lo que se busca es reducirlas, pero cada región tiene una responsabilidad y se permite que todos vayamos adaptando nuestros modelos de desarrollo y economía a un objetivo de reducción de emisiones. Lo que se ha puesto sobre la mesa son los planes de 170 países sobre todo en materia de políticas energéticas así como las políticas de adaptación al cambio climático, qué es el dinero que se necesita para que los países más vulnerables puedan implementar salvaguardas para que los impactos del cambio climático no sean tan duros.

¿Será válido un acuerdo final sin sanciones?

Lo que estamos construyendo es algo totalmente diferente a Kioto, que era un régimen que cubría 38 países y exclusivamente el 30% de las emisiones mundiales con un régimen sancionador muy estricto. Ese modelo ha evolucionado, para no contemplar solo a los países desarrollados. Lo que queremos es que todos los países se comprometan a reducir, porque si no cubrimos el 100% de gases que van a la atmósfera no tiene sentido. El régimen de cumplimiento del nuevo acuerdo, duradero hasta 2050, lo vamos a ir construyendo a media que empecemos a trabajar. En esta primera fase no hay sanciones punitivas pero sí que se están contemplando unos mecanismos de información seguimiento de nuestros compromisos, de cómo vamos cumpliendo, muy exigentes, que tiene más valor añadido para saber cómo estamos objetivamente sobre el objetivo de los 2 grados que un régimen de sanciones 'per se'.

¿Qué papel juega España en el conjunto UE?

Nosotros ya en el marco de la UE llevamos años implementando políticas de cambio climático, de reducción de las emisiones y de adaptación al cambio climático. Esta es la legitimidad con la que vamos a la cumbre y nos ayuda a continuar en esta línea. Porque ya hemos planteado un objetivo para el año 2030 en el que vamos a reducir al menos un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Eso conlleva continuar con políticas ambiciosas, sobre todo en gases difusos, transporte, residencial y agricultura, que es donde hay un potencial de reducción de emisiones y de oportunidades, para un crecimiento limpio que provoque empleo y desarrollo económico.  Es el reto que tenemos por delante.

¿Y en cuanto a las energías?

Estamos bajo el marco del ETS (mercado de emisiones europeo), en el que también tenemos que cumplir objetivos ambiciosos de cara a 2030. Tenemos que cumplir con una participación del 27% de energías limpias del consumo actual. En el marco 2020 sería 20%. Actualmente estamos en el 17%, contando biocombustibles, 15,4% sin contarlos. Con las nuevas medidas sobre la mesa, tenemos confirmada que la senda 2020 la vamos a cumplir.

Y sin embargo, seguimos quemando carbón en cantidades ingentes

Sí, nosotros en nuestro mix energético permitimos evidentemente todas las fuentes de energía. Los picos de quema de combustibles son puntuales en ciertas épocas según la coyuntura del año, pero no quiere decir que el objetivo se vea comprometido. Agosto y septiembre son meses que se permite el carbón por la sequías.

¿Cómo se convence a la población de que es necesario cambiar hábitos por el cambio climático?

Tenemos una campaña de sensibilización ('Un millón de compromisos por el clima') para acercar las soluciones a las entidades y ciudadanos. Es un llamamiento colectivo a favor de frenar el cambio climático con un montón de ideas desde apagar la luz, tapar la olla cuando estamos cocinando, usar el transporte público, gestionar el reciclaje y la separación de residuos... Pequeñas acciones que se pueden hacer sin gran esfuerzo pero concienciarnos de que hay que ayudar a proteger el planeta para nuestros hijos.