"Collons, ahora nadie se acuerda de Jordi Pujol Ferrusola", ha respondido al juez el presidente de Copisa, Josep Cornado, al ser preguntado por la desmemoria de otros empresarios acerca del hijo mayor del expresidente catalán, al que pagó 3,2 millones de euros como "conseguidor" de contratos.

Cornado ha declarado este lunes ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata como imputado dentro de la causa por blanqueo contra el hijo mayor de los Pujol, en la que este lunes también han sido interrogados el vicepresidente del FC Barcelona, Carles Vilarrubí, y una empleada del BBVA.

El grupo constructor de Cornado pagó 3,2 millones a Pujol Ferrusola en lo que el imputado ha calificado como labores de intermediación para obtener contratos con otras empresas, aunque los investigadores sospechan que ese dinero pudo responder en realidad comisiones a cambio de que la familia Pujol consiguiera contratos públicos a Copisa.

Según fuentes jurídicas, el imputado ha reconocido que esos trabajos nunca se reflejaron en ningún contrato escrito sino que estaban avalados por "acuerdos entre caballeros", y además ha dicho que eran comisiones de entre el 1 y el 3 por ciento del contrato a conseguir, un porcentaje bajo en comparación con el precio de mercado (entre el 5 y el 10 por ciento).

"Lo alto y lo bajo es muy relativo, no eran precisamente 50 euros", le ha dicho entonces el juez De la Mata, quien ha cuestionado la realidad de las labores de Pujol júnior en vista de las declaraciones de los empresarios con los que supuestamente contactó, que afirmaron que ni siquiera lo conocían.

"¿No le parece sorprendente que cada una de las mercantiles que han negociado con Copisa nieguen que conozcan a este señor?", le ha preguntado el juez extrañado, a lo que el imputado ha respondido: "Collons, cuando se llega a un juzgado ya nadie se acuerda de Jordi Pujol Ferrusola".

Cornado ha dicho que quien llevaba estos contratos no verbales con Jordi Pujol júnior era el consejero delegado de Copisa, Xavier Tauler, la misma persona que le pidió permiso para que el primogénito del expresidente catalán pudiera usar una nave propiedad del grupo para guardar sus coches de lujo.

El otro imputado en declarar este lunes ha sido Vilarrubí, a quien los fiscales anticorrupción han preguntado por su participación en el restaurante Torre del Remei del cocinero José María Boix, que hizo negocios con Jordi Pujol júnior.

Vilarrubí ha explicado que él entró en la empresa de Boix en 1993 junto con otros tres amigos y clientes habituales. Los cuatro adquirieron, como un favor al chef, el 10 % de la empresa, porcentaje que luego le vendieron en 2010 por el mismo precio, 18.000 euros, con lo que no hizo negocio alguno.

En 1998, ha relatado, se disolvió el consejo de administración de la empresa del restaurante y Boix se quedó solo como presidente y consejero delegado, justo el año en que el cocinero empezó a hacer operaciones por 50 millones de pesetas con el hijo de los Pujol, unos movimientos de los que Vilarrubí se ha desvinculado totalmente.

Por último, este lunes ha declarado por videoconferencia una directora de servicios jurídicos del BBVA sobre una compra de preferentes por parte de Jordi Pujol Ferrusola en las Islas Caimán que podría haber respondido a una operación de blanqueo de dinero.

La testigo ha explicado que la operación fue legal y que se hizo mediante una sociedad que Jordi Pujol júnior tenía en ese paraíso fiscal, y ha defendido que ella no podía saber de dónde venían las cantidades que invirtió, que no se han especificado durante la declaración.

El juez decidió citar a estas personas dentro de la pieza que mantuvo secreta hasta el pasado jueves sobre la información que Andorra le envió de movimientos bancarios del matrimonio Pujol-Ferrusola y sus siete hijos en el Principado.

Las partes del procedimiento, en el que está personado UPyD como acusación popular, tendrán esta semana acceso a esa información, aunque no al resultado de los registros que el juez De la Mata ordenó el pasado septiembre dentro de la operación Hares, entre ellos los domicilios de los hermanos Pere y Josep Pujol.