Los principales partidos, lejos de un pacto frente al conflicto catalán pese al diálogo

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los líderes de Podemos (Pablo Iglesias), Ciudadanos (Albert Rivera), PP (Mariano Rajoy) y PSOE (Pedro Sánchez).
De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los líderes de Podemos (Pablo Iglesias), Ciudadanos (Albert Rivera), PP (Mariano Rajoy) y PSOE (Pedro Sánchez).
EFE / GTRES
De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los líderes de Podemos (Pablo Iglesias), Ciudadanos (Albert Rivera), PP (Mariano Rajoy) y PSOE (Pedro Sánchez).

Diálogo sí, todo el que se pueda y cuanto más, mejor. Pero pacto, lo que se dice pacto... eso ya es otra cosa. La ronda de contactos, inédita en la legislatura, que los diferentes líderes políticos nacionales están teniendo entre sí para afrontar el desafío independentista catalán ha servido para constatar una cosa: todos desean que Cataluña siga formando parte de España y rechazan una declaración unilateral de independencia.

Pero, a partir de ahí y más allá de algunas coincidencias puntuales, las diferencias en los planteamientos y las propuestas son tan diversas que dejan muy lejos, al menos de momento, la posibilidad de un pacto de Estado para afrontar el conflicto.

¿Un frente antisecesionista?

La propuesta de resolución de Junts pel Sí y la CUP, que será votada por el Parlament en los próximos días y que pretende iniciar de forma unilateral el proceso hacia la independencia, provocó que la semana pasada el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, optara por la política como respuesta al asunto por primera vez desde que llegó a la Moncloa.

Tras un primer encuentro por separado con el líder socialista, Pedro Sánchez; con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera; y con el líder de Podemos, Pablo Iglesias; Rajoy compareció para felicitarse porque "la mayoría" hubiese llegado a un "acuerdo previo de convivencia" sobre "la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de todos los españoles y el cumplimiento de las leyes”. Se refería a un acuerdo de mínimos entre PP, PSOE y C's, aunque subrayó que no veía la necesidad de un pacto escrito.

Esa sintónía aparente, no obstante, se ha limitado a eso, y no ha sido compartida por Iglesias, que se desvinculó por completo de lo que llamó "gran coalición". "No me convencen los frentes antisecesión. No me gustan los que se encierran en un búnker, nosotros lo que ofrecemos es responsabilidad de Estado", decía Iglesias. "Tengo la sensación de que nada perdí por haber tenido esa conversación", afirmó por su parte el presidente del Gobierno.

Izquierda Unida, tras la reunión de este lunes de Alberto Garzón con Rajoy, también ha descartado sumarse a ese consenso de mínimos porque cree que "confronta" con Cataluña y conduce a un "callejón sin salida". En su lugar, ha ofrecido una mesa de diálogo.

Entre el "pacto por España" y la reforma constitucional

Rivera, por su parte, propuso un "pacto por España", compuesto de cinco puntos: la soberanía reside en el conjunto del pueblo español, unidad territorial, la Constitución es el único marco en el que se puede reformar España, firme compromiso con la integración europea y "no gobernar de la mano de los que quieran romper España". El plan excluye del acuerdo a IU y a Podemos mientras mantengan su propuesta de referendos vinculantes para Cataluña. Aunque lo cierto es que, con o sin ellos, el PSOE ha dejado claro que no se sumará a este plan y el Gobierno, pese a haber dicho que lo estudiaría, ha echado balones fuera y tampoco lo suscribe.

Rivera y Sánchez, en una conversación telefónica posterior, volvieron a constatar lo fundamental que les une y hablaron de la necesidad de hacer cambios en la Constitución. El problema es que, una vez más, no coinciden en esas modificaciones. A falta de conocer los detalles, el líder de Ciudadanos plantea cambios de pequeño calado y habla incluso de recentralización de algunas competencias. El PSOE, en cambio, apuesta por abrir la vía a una reforma territorial en clave federal, mientras que el PP es el único que se inclina por dejar la Carta Magna tal y como está. Han aceptado, eso sí, estudiar sus respectivas propuestas.

El derecho a decidir, la diferencia fundamental

Los secretario generales de PSOE y Podemos, por su parte, también han tenido conversaciones bilaterales. En ellas, Sánchez e Iglesias coincidieron en que la única salida posible a la crisis debe ser política, algo que también comparte el candidato de IU, Alberto Garzón. Los tres coinciden en la petición de diálogo y en las críticas al supuesto inmovilismo que achacan a Rajoy y su Gobierno. Y ahí es donde acaban las coincidencias.

La apertura de un proceso constituyente y la celebración de un referéndum en Cataluña políticamente vinculante, opciones defendidas por Podemos e IU, son los grandes obstáculos insalvables para un pacto entre los partidos, por encima de cualquier otra cosa. La renuncia a la soberanía nacional sobre el conjunto de los españoles es innegociable para el resto de formaciones, al menos por el momento.

Ese referéndum, para el secretario general de Podemos, debería celebrarse de forma simultánea a otra consulta, en toda España, sobre los cinco acuerdos de cambio constitucional que defiende: además del derecho a decidir, una reforma de la justicia, del sistema electoral, las puertas giratorias y el blindaje de los derechos sociales.

Diferencias sobre la resolución de independencia

Otra de las cuestiones en la que se han puesto de manifiesto las discrepancias entre los principales actores políticos es la respuesta inmediata que están barajando a la propuesta de resolución independentista de JxSí y la CUP. Por una vez, el Gobierno ha pedido prudencia y mesura y ha optado por esperar a que esta se apruebe en el pleno del Parlament, tal y como le han recomendado los propios servicios jurídicos del Estado. El PSOE también se inclina por esperar, pero el líder de Ciudadanos prefería recurrirla ya al Tribunal Constitucional (TC) y presionó al Ejecutivo en ese sentido.

En cuanto a los siguientes pasos previstos por el Ejecutivo en caso de necesidad, tanto PP como PSOE y C's están de acuerdo en que lo más conveniente sería evitar en la medida de lo posible el uso del artículo 155 de la Constitución. Si llegado el caso, el Ejecutivo decidiera finalmente utilizarlo, contaría con el apoyo de Ciudadanos, pero los socialistas no han aclarado aún si lo secundarían. Podemos e IU, por su parte, ha dejado claro que rechazan la declaración de los independentistas, pero también cualquier intento de recurrir a la vía judicial.

Eso sí, pese a las diferencias, todos han quedado en mantener abierto los cauces de diálogo y seguir hablando.

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