Los inquilinos de la calle Macasta recuerdan que tres de las restantes viviendas tienen órdenes de desalojo

Después de que el Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla consumase el lunes el desalojo de Juan Bautista, el anciano de casi 80 años de edad que residía en una vivienda del número tres de la calle Macasta y que había sido denunciado por impago de sus rentas de alquiler, los inquilinos del edificio han recordado que otras tres viviendas cuentan con órdenes de desalojo merced a las acciones legales promovidas por el propietario del edificio.
Desalojo de un anciano en Sevilla por impago del alquiler
Desalojo de un anciano en Sevilla por impago del alquiler
EUROPA PRESS
Desalojo de un anciano en Sevilla por impago del alquiler

Después de que el Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla consumase el lunes el desalojo de Juan Bautista, el anciano de casi 80 años de edad que residía en una vivienda del número tres de la calle Macasta y que había sido denunciado por impago de sus rentas de alquiler, los inquilinos del edificio han recordado que otras tres viviendas cuentan con órdenes de desalojo merced a las acciones legales promovidas por el propietario del edificio.

Todas las viviendas del número 3 de la calle Macasta, según sus habitantes, pertenecen a un privado identificado como Ángel Abascal Jiménez, quien según exponen posee numerosas viviendas en el casco histórico de Sevilla, por ejemplo en las calles Cetina, Cervantes o Jesús del Gran Poder. Juan Bautista, de unos 80 de años de edad y una palpable fragilidad física, residía junto a su amigo Valentín en la vivienda de la planta baja del número 3 de la calle Macasta "desde hace 17 años", procedente por cierto de un inmueble de la calle Cetina también propiedad de Ángel Abascal, según su propio relato.

Mientras el propietario del edificio habría denunciado ante el Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla el supuesto impago de las rentas de alquiler en el que habrían incurrido estos inquilinos, ellos argumentan que el casero "se niega a cobrar" las rentas de alquiler y cuando las ha cobrado "no daba los recibos" a sus inquilinos, porque todo era "de palabra". Junto a Valentín, con quien compartía la vivienda, Juan Bautista acusaba así a su casero de "abandonar" la conservación del edificio, que presenta claras deficiencias, al objeto de forzar su marcha.

Juan Bautista, de hecho, mostró su vivienda a los medios de comunicación en dos ocasiones y la misma, en efecto, presentaba un estado deplorable, repleta de humedades, desprendimientos y hundimientos, con un mobiliario doméstico directamente vetusto.

Después de que el Juzgado de Primera Instancia número 22 de Sevilla suspendiese las órdenes de desalojo dictadas para los días 23 de septiembre y 9 de octubre sobre esta vivienda, el desalojo fue finalmente consumado el pasado lunes, siendo Juan Bautista y Valentín realojados en el centro de acogida de la calle Miguel de Mañara, dentro de la "primera fase" de su tratamiento social.

Pero más allá de los casos de Bautista y Valentín, tres de las cuatro viviendas restantes del número tres de la calle Macasta están también sometidas a "procedimientos de desalojo", según ha explicado a Europa Press Emilio, otro de los inquilinos del edificio. Según detalla, mientras la orden de desalojo que afectaba a la vivienda que él mismo habita ha sido suspendida provisionalmente, para el mes de noviembre estaría ya fijada otra orden de desalojo sobre una de las dos viviendas restantes. "Nos quieren echar para vender el edificio", ha dicho.

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