Este cambio se ha detectado «desde hace tres o cuatro años», pero su origen viene de más atrás «porque se puede beber abusivamente durante siete años y no ver el problema», añade García. Y todo se agrava con el botellón. Ellas son menos, pero cogen los hábitos de los chicos y beben en exceso.
Así lo señalan desde Alcohólicos Anónimos de Santiago: «Aquí hay chicas de 25 años». Y así, poco a poco, la media de edad del alcoholismo se rebaja. Está en unos 40 años en la provincia, cuando no hace mucho eran 50. Pero el peligro, alertan, es que las que vienen son, además, adictas a otras drogas.
A quién recurrir
En A Coruña funciona la Asociación de Ex Alcohólicos y su teléfono es el 981 293 000. En Santiago trabaja Alcohólicos Rehabilitados y se puede contactar con ellos en el 981 571 384. La Federación de Ex Alcohólicos de Galicia tiene su sede en Ferrol y su teléfono es el 981 351 395. Para contactar con Alcohólicos Anónimos se puede llamar al 646 645 119.
En primera persona
Marta. Ex alcohólica, 40 años.
«Si estaba sobria era por miedo»
«Empecé con porros y cubatas los fines de semana y cuando cumplí los 30 perdí el control. Se juntó todo: mis padres se divorciaron, me dejó mi novio y perdí el trabajo. Empecé a beber de otra manera, no podía parar. Acababa en cualquier sitio, tirada, con lagunas mentales. Al día siguiente era el apocalipsis, por los remordimientos. No eran borracheras divertidas, sino agresivas, casi suicidas, durante cinco años. Al principio, los fines de semana y luego, cada tres días. Si estaba sobria era por miedo a lo que me hacía, era una enfermedad, pero yo no lo sabía. Hace cinco años me metí en Alcohólicos Anónimos y aquí sigo, sin probar ni una gota. He recuperado la familia, la dignidad y las ganas de vivir».
El error, nunca se controla
Nadie reconoce que es alcohólico. El error es creer que se puede controlar. Pero, como comentan los afectados, el enfermo bebe para aplacar una necesidad que ha surgido sin que llegue a darse cuenta.
Tres fases, de la risa al colapso
El alcoholismo tiene tres fases. La primera, leve, de euforia. La segunda, grave, de tendencias agresivas, casi suicidas. La tercera: dejadez absoluta, se vive para beber. Lo peor: nunca se sabe cuándo se cruza el límite.
La clave, decir no día a día
Los ex alcohólicos saben que la tentación es muy fuerte y la borrachera es barata. La clave está en decir no cada día. La superación de esta grave enfermedad, dicen, empieza en uno mismo.
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