La erosión, la salinización, la contaminación química o el agotamiento son las principales causas de la degradación de un suelo. Este año, 2015, ha sido nombrado el año internacional de los suelos para fomentar la investigación y mejorar la gestión del medio natural y rural en ambientes extremos. El objetivo de la efeméride es combatir los efectos de la desertificación, la degradación persistente de los ecosistemas de las tierras secas por las variaciones climáticas y la actividad del hombre. Mientras un terreno tarda en desarrollarse millones de años, puede degradarse en tan solo unos años de uso inadecuado.
El 20% del territorio español se encuentra degradado en la actualidad, esto significa que tiene bajos valores de productividad y biomasa. Otro 30% de suelo es suelo productivo pero con baja biomasa. "Son terrenos afectados por la aridez, los incendios y en riesgo de desertificación", explica Gabriel del Barrio, coordinador de la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC. La situación no es la óptima, pero del Barrio apunta como dato positivo que España tenga un 30% de suelos de gran madurez ecológica integrados en la red natura, "que de alguna manera amortiguan los efectos malos de la degradación".
El último informe oficial sobre la condición de la tierra en España, del Ministerio de Agricultura y Medioambiente, advierte de que la tendencia de degradación de suelos afecta al 1% del terreno nacional. En perspectiva, esta es una evolución del terreno más favorable que la de Chile (4%), Palestina (16%) o Mozambique (19%), pero más agresiva que la del Magreb (0,1%).
Los expertos ponen de manifiesto que "las tierras con tendencia a la degradación son muy limitadas y podrían ser abordadas inminentemente por políticas de conservación". Aunque añaden que conviene hacerlo pronto, porque se trata de un camino casi sin retorno. "La degradación del territorio es la herencia irreversible de la desertificación, y solo con grandes inversiones puede recuperarse una pequeña parte del esplendor perdido". Los esfuerzos mayores se requieren, explican los expertos, en Andalucía, Castilla La Macha, Canarias y Madrid.
Gabriel del Barrio pone cinco ejemplos de los síndromes de la desertificación en España. En primer lugar los regadíos del Ebro en suelos que entraron en salinidad irreversible. También en las Tablas de Daimiel, donde se extrajo agua de subsuelo y de los cauces para hacer regadíos en zonas más preparadas para secanos o barbechos. Almería, donde el suelo se ha convertido en fábrica. Andalucía, con ayudas al olivar que han promovido cultivos en laderas empinadas que favorecen las escorrentías y la erosión. O Extremadura, donde una cabaña ovejera desproporcionada arrasa la vegetación de las dehesas.
Al mismo tiempo, los investigadores participan de proyectos que buscan combatir la degradación de los suelos. Es el caso de los olivares vivos, los desiertos verdes y la costra biológica:
Los desiertos verdes
Olivares Vivos
La costra biológica
La costra biológica exige, eso sí, que los suelos no se vean alterados por el paso de ganado o por el tráfico de vehículos o personas. Si eso no ocurre, los microorganismos colonizan el terreno. Estas comunidades se activan con pequeñas cantidades de agua y con ayuda de la luz solar se transforma en compuestos orgánicos. "Este aumento de la infiltración reduce la escorrentía, agua que se escurre por la superficie, y frena el arrastre de partículas del suelo disminuyendo la erosión", según explica la principal investigadora del proyecto, Sonia Chamizo.
¿Qué otras medidas se pueden acometer para proteger los suelos?
La fundación Desqbre ha elaborado una lista de las acciones que pueden servir para proteger la calidad de los suelos. Se podrían resumir en: prevenir y revertir su degradación, una gestión sostenible, prevenir la contaminación, evitar su sellado con materiales impermeables como el asfalto o el hormigón, combatir el cambio climático, reducir la huella de carbono, conservar e incrementar la cubierta vegetal, promover el conocimiento sobre el estado de los suelos y detener el desperdicio de alimentos.
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