Tres operaciones en cuatro días días. La Policía Nacional detenía este martes 7 de julio en Arrecife (Lanzarote) a una gaditana de 44 años, convertida al Islam, que reclutaba a adolescentes para enviarlas a zonas de conflicto controladas por el Estado Islámico (EI) o DAESH. La detenida, "muy activa en las redes sociales", captaba a las chicas, las adoctrinaba y les facilitaba la documentación necesaria para viajar a Siria. El sábado 4 de julio, caía en Badalona (Barcelona) un marroquí acusado de captar y adoctrinar nuevos militantes para que viajaran al extranjero e ingresaran las filas del EI. También este martes 7 de julio, la Guardia Civil detenía en el aeropuerto de El Prat a un argelino reclamado por Bélgica y Francia que hacía escala en nuestro país después de combatir en las filas del EI en Siria. Su destino era Alemania.

El Ministerio del Interior ha decidido poner en marcha algunas operaciones antiterroristas de carácter preventivo tras subir el pasado 26 de junio el nivel de alerta terrorista de 3 (riesgo medio) a 4 (riesgo alto), el nivel más alto desde los atentados del 11-M. Un incremento de la alerta motivado por los últimos ataques 'yihadistas' que se produjeron en Túnez, Francia y Kuwait, y que dejaron más de 60 muertos y 230 heridos. Desde el lunes 29 de junio los servicios antiterroristas de la Policía Nacional y la Guardia Civil se han reforzado, señalan fuentes de Interior. En la Policía Nacional, por ejemplo, un alto porcentaje de los servicios de información destinados a combatir el terrorismo de ETA, grupos antisistema, grupos neonazis... se han sumado a los grupos que ya combatían el terrorismo ‘yihadista’. El nivel 4 de alerta implica este trasvase de efectivos.

Aunque aún no hay una estimación de cuánto tiempo durará el nivel de alerta 4, está previsto que en las próximas semanas se desarrollen nuevas operaciones preventivas. Desde Interior explican que la amenaza ‘yihadista’ ha aumentado en España por varios factores: hay un alto índice de radicalización en países fronterizos como Marruecos y Francia; se han detectado en España procesos de radicalización en las prisiones; de captación en las redes sociales; y de asistencia financiera a las redes operativas en zonas de conflicto. No hay que olvidar que España es el tercer país de la UE donde se detuvieron a más personas en 2014 por actividades terroristas ‘yihadistas’, con 36 detenidos, sólo superado por Francia (188) y Bélgica (71), según datos del informe anual sobre terrorismo de la agencia de cooperación policial europea, Europol.

Nuestros servicios de información han detectado también a 64 españoles o extranjeros residentes en España combatiendo para el EI, lo que les convierte en combatientes entrenados que algún día podían retornar a nuestro país. "Sin olvidar la amenaza que suponen los combatientes retornados de nacionalidades vecinas que, con el fin de huir de la inteligencia de sus países de origen, deciden utilizar nuestro territorio como lugar de tránsito o refugio seguro para la preparación de futuros atentados", explican en Interior.

“Son más peligrosos los retornados que los frustrados, aquellos que han querido ir a las zonas de conflicto pero no han podido”, explican a 20minutos fuentes antiterroristas, que admiten además que sus investigaciones se han disparado en los últimos años. ¿En qué se prioriza? En controlar a los retornados, en hacer seguimientos de los combatientes en el extranjero que se pueden convertir en retornados, en localizar grupos e individuos que captan radicales para enviarlos al extranjero y, sobre todo, en detectar grupos que financian la Yihad.

Esa es la clave, explican las mismas fuentes. La financiación permite enviar a radicales a combatir al extranjero (25 ya han muerto, 15 están en prisión, 10 vigilados y controlados en España y 64 combatiendo aún en el extranjero). La mayoría de origen magrebí. Locutorios, comercios y mezquitas, a través de donaciones, financian en España la ‘Yihad’.

Es una labor complicada, admiten las mismas fuentes, porque hay que priorizar y saber distinguir entre radicales y ‘yihadistas’. Por ejemplo, a mediados de enero tres individuos encapuchados arrojaron contra la fachada de una iglesia en Jerez de la Frontera (Cádiz) un artefacto incendiario. Después realizaron varias pintadas a favor de los movimientos ‘yihadistas’. “Hay que saber distinguir si son simples radicales o una célula yihadista coordinada y con infraestructura, y sobre todo, con financiación y objetivos”.  No se desecha ninguna investigación, porque por ejemplo los tres radicales de Jerez pueden a corto plazo pasar de un cóctel molotov a poner una bomba, aunque las mismas fuentes recalcan que lo prioritario es detectar las fuentes de financiación.

Se ha optado por lo que en fuentes jurídicas de la Audiencia Nacional se llama “intervención temprana”. La Policía prefiere prevenir, y una vez judicializada una investigación, los jueces autorizan casi todas las detenciones. Luego viene el “bagaje probatorio”, que a veces es débil o insuficiente. Por eso, hay pocas condenas. Desde 2004, año del 11-M, hasta la actualidad España ha detenido a 571 individuos relacionados con 127 operaciones yihadistas, 113 en esta legislatura y 48 en lo que va de año. Ni siquiera 100 han sido finalmente condenados mediante sentencias.