Una decena de padres y madres del instituto público Isaac Newton de Madrid (Fuencarral-El Pardo) firmaron el pasado mes de enero una carta en la que exigen a la Consejería de Educación más medios para atender a sus hijos, que sufren dificultades de movilidad y afecciones motóricas como espina bífida o distrofia muscular de Duchenne.

El Isaac Newton es un centro de integración con 409 alumnos matriculados, de los que 25 reciben apoyo específico. "Les damos el mejor trato e invitamos a cualquiera a venir a verlo. Claro que nos gustaría tener más recursos, pero el personal se ajusta a la ley y no hay nadie desatendido", explican a 20minutos los trabajadores.

En 2014, varios padres de alumnos pidieron explicaciones por el aislamiento de los niños con discapacidad en los recreos, por su reclusión a una zona cercana a los baños y por el uso de pizarras laterales que impedían a los chavales en silla de ruedas seguir la clase con comodidad.

"Eso se ha acabado este curso. Implantamos el programa 'Recreos Divertidos', que define una actividad para cada día. Hemos acompañado personalmente en cada descanso a alumnos para que se integrasen con otros compañeros, aunque algunos no mostraban iniciativa, y se ha instado a los profesores a usar solo las pizarras frontales", detalla un miembro del claustro.

Las quejas que persisten, aclaran, tienen que ver con la atención de los técnicos y del fisioterapeuta del instituto. Según los padres, no todos los niños son cambiados de las sillas de ruedas que utilizan habitualmente a los asientos ergonómicos diseñados para su comodidad. Además, tildan de "insuficiente" la presencia de un solo especialista en fisioterapia para 25 alumnos.

"No todos los chavales tienen silla especial, pero eso no depende del centro, sino de los informes del equipo de motóricos de la Consejería de Educación. Ellos deciden quiénes necesitan mobiliario adaptado y cuáles no. Solo las sillas cuestan 1.300 euros por unidad. Cada niño tiene una sesión específica con el fisioterapeuta a la semana. Además, les acompaña en la hora de Educación Física. Entendemos que los padres reclamen más, aunque tampoco está en nuestra mano", insisten los profesores.

El grupo parlamentario de UPyD en la Asamblea reclamó el pasado miércoles la atención de la Consejería de Educación a las quejas de los padres. Su responsable, Lucía Figar, aseguró al diputado Alberto Reyero que los informes y las investigaciones desarrolladas por la Dirección de Área Territorial (DAT) concluyeron que no ha habido irregularidades en el Isaac Newton.

Figar admitió algunos problemas que, según su versión, han sido solventados este curso. Otros, como el traslado de la cafetería a la segunda planta, carecen de solución a largo plazo, según la consejera, aunque el centro garantiza que todos los niños que lo necesitan son acompañados por adultos en el ascensor.

"Cuentan con 10 profesionales, tres pedagogos terapeutas, una maestra, cuatro técnicos, un fisioterapeuta y una diplomada en enfermería. Es suficiente para dar una atención de la calidad. Se llevan registros diarios de las actuaciones del personal. Si hubiese alguna irregularidad lo habríamos detectado y actuado, pero no había. No se han vuelto a recibir quejas", insistió Figar.

Las familias afectadas también reclaman que Educación asigne a sus hijos una calificación numérica en cada asignatura en la que tengan adaptación curricular individualizada (enseñanza adaptada a sus necesidades), en lugar de que en sus notas figure un suspenso.

"Hemos recibido un informe cualitativo que apenas nos proporciona información sobre el rendimiento académico de nuestros hijos, aun aceptando las limitaciones obvias del mismo", justifican. Los profesores aclaran que las calificaciones se ajustan a la normativa, a pesar de lo cual, insisten en que la comunicación con los progenitores es continua, por lo que están a disposición de los padres para que estos conozcan de forma regular la evolución de los niños.